Pienso, como Steve Pinker, que la humanidad nunca ha estado mejor: ha aumentado la esperanza de vida, se ha reducido la pobreza en el mundo, las mujeres acceden a estudios y puestos que antes tenían vetados, somos conscientes (unos más que otros) de la emergencia climática, y nos ponemos de acuerdo para trazar los Objetivos del Desarrollo Sostenible, … La continuidad de la democracia liberal en el mundo occidental tiene mucho que ver.

Para Judith Shklar, el liberalismo «es extremadamente difícil y limitante, una práctica demasiado exigente para aquellos que no pueden soportar la contradicción, la complejidad, la diversidad y los riesgos de la libertad», pero «nos protege de la injusticia y la crueldad». Esa crueldad del miedo a perder el trabajo, o a su precariedad que te impide llegar a fin de mes; esa crueldad de no recibir el mismo trato por ser mujer; esa crueldad de ver pisoteados tus derechos por el nacionalismo excluyente institucionalizado… Por eso, el liberalismo es necesario para limitar todas aquellas relaciones de dominación que niegan la libertad y la capacidad de las personas.

Sigo las maniobras («orquestales en la oscuridad»), de Sánchez (195 votos por cada 1000 españoles), para sumar escaños, sin oir a nadie decir qué piensan hacer cuando les salgan las cuentas … o salgan de cuentas. Me recuerdan las obras de Oteiza o Chillida en las que lo más interesante no era la forma sino el espacio que quedaba atrapado en ella (tensionado) o excluido (liberado).

En Ciudadanos, que sabemos bien de las dificultades que conlleva ser liberal, seguimos abiertos a favorecer una amplia mayoría que permita afrontar con éxito problemas como la despoblación, la sostenibilidad del estado de bienestar, la reforma de la educación, una más justa financiación autonómica, el desafío independentista. Pero, entenderán, que no podemos abstenernos ante la posibilidad de un gobierno en el que entren populistas, de un signo u otro, o independentistas.

Si damos por supuesta la libertad, y prescindimos del centro liberal, puede ocurrir que repunten enfermedades ya superadas, como ocurre cuando la población no se vacuna porque no percibe el peligro de una enfermedad casi desaparecida gracias a esas vacunas.

Luis Esteban – Ciudadanos Calanda