Con la política convertida en un «reality» con asesores más pendientes de las encuestas que de tomar decisiones que mejoren la vida de los ciudadanos, no es de extrañar que, en lugar de crear el marco legislativo y administrativo para una mejor gestión de la crisis pandémica, se dediquen a filtrar por un cristal polarizado la acción judicial, la economía, la cultura, … incluso la ciencia.

Así, disimulan su ineficaz gestión creando nuevos problemas al tamizar el trabajo de otros con el cedazo de su ignorancia, su incompetencia y su sectarismo: las decisiones de comités científicos las transmite el Gobierno, más cocinadas que las encuestas del CIS, creando desconfianza en la ciencia; a ese grandísimo escritor que es Andrés Trapiello le colocan una injusta (e injustificada) etiqueta que retrata a los que la ponen que, seguro, no han leído «Las Armas y las Letras»; y el máximo representante del des-Gobierno califica de revancha y venganza una sentencia judicial.

La mayor parte de la oposición juega a lo mismo, repitiendo errores y filtros, de sesgo contrario, en esta división entre «nosotros» y «ellos», dos caras de la misma moneda, que se «definen por negación», recíprocamente: el «ellos» como «no-nosotros» y el «nosotros» como «no-ellos». En esta política de cara y cruz; lo difícil es sostenerte en el canto, sin que te tilden de veleta, traidor, equidistante…

El diálogo y la colaboración sólo pueden ser eficaces para resolver problemas de la ciudadanía si se parte de los mismos principios. Para ello, no digo ya para la «concordia», los principios de libertad, igualdad o justicia deben tener el mismo significado para todas las partes. No se pueden construir mayorías con quienes no quieren igualdad sino privilegios, con quienes priorizan su libertad mientras atacan y conculcan la del resto, con quienes la justicia está para darles la razón, aunque se salten la ley.

La desunión es aprovechada por los depredadores del sistema y los principales perdedores son la igualdad social y económica, porque, en este clima, «las semillas del espíritu colectivo y de la ayuda mutua se asfixian, se marchitan y decaen», escribió Z. Bauman.

Luis Esteban – CIUDADANOS Calanda