Hace unas semanas me encontré con una amiga de mi edad, más de setenta años, me dio la enhorabuena porque había salido en el Heraldo de Aragón que se iba a presentar en Zaragoza un libro mío, escrito en origen en chapurriàu, y ahora se ha traducido al castellano.

Cuál fue mi sorpresa cuando me dijo que en su pueblo se utilizaba la palabra chapurriàu, según ella desde siempre, pues ella ya se la había escuchado a sus padres y a sus abuelos y era una palabra normal en el uso.

Ese pueblo está en la frontera con Navarra, bastante lejos del Matarraña.

Empezamos a hablar y encontramos más coincidencias. Allí, desde siempre se ha utilizado y se utiliza la palabra «CHAMBRA» con CH, con nuestro mismo significado, pero no con tz, ni con z sino con CH. Es una prenda que aún hoy llevan algunas mujeres y la denominan así.

Me enseñó un listado de palabras antiguas que se habían utilizado en el su pueblo y algunas aún las usaban personas mayores, había cuatro o cinco más que se parecían a las nuestras.

Cuando yo era pequeño en mi pueblo al camión le decíamos CAMBIÓN, pues otra coincidencia, allí también le decían así, hasta el extremo de que ella había recibido más de una zurra de sus padres pues querían que dijera camión.

Uno de los sacerdotes del pueblo, buscando en el archivo diocesano, encontró que al mosen de una de las capillas de la iglesia del pueblo le daban el título de «RETÓ». Qué coincidencia como hoy en día en mi pueblo.

Mi curiosidad no podía más y ya le pregunté que me explicara lo del uso de chapurriau y me dijo que ese vocablo se utilizaba desde siempre en las siguientes circunstancias.

«Cuando tu hablabas con otra vecina y ésta utilizaba palabras que tu no conocías el origen, le decían pero qué CHAPURRIÀU me estás hablando. Que esa expresión no tenían un sentido despectivo de «qué mal hablas», si no de «¿qué MEZCLA de palabras utilizas?» ¿de dónde las has sacado?».
Fréderic Mistral (1830-1914), en su diccionario define la palabra «champouirau» o «champourrau» como una JERGA compuesta de español, italiano, portugués y provenzal, hablada por extranjeros que frecuentan nuestras costas. A estos extraños se les da el mismo nombre.

Cuando en 1063 se concedió el Fuero de Jaca en un principio estaba escrito en romance, luego cuando lo fueron dando a los nuevos territorios que se iban conquistando (1077) algunas versiones ya contenían palabras occitanas, debido a que los trovadores que acompañaban a los reyes para narrar sus hazañas y como escribientes, provenían de aquella zona, donde era normal que en los monasterios de Occitania los monjes además de traducir libros, instruían a los trovadores en las artes de la lectura y la escritura.

Algunas palabras de esos fueros se fueron vulgarizando y se extendieron al habla normal del pueblo. Y gente, parte procedente de aquella zona franca, iba repoblando las tierras conquistadas a los árabes, extendiéndose en todo el territorio aragonés. Por eso no es de extrañar coincidencias en el habla de gentes tan distantes.

Luis Arrufat. Valjunquera. El mundo del chapurriau