BASE.- Cuando las cosas aparecen en televisión, comienzan a existir; cuando las ves con tus propios ojos, las conoces de verdad. Pateras y emigrantes; hambre y mortalidad infantil; guerras y torturas; violaciones y maltrato; regímenes totalitarios disfrazados de democracias y democracias que son regímenes totalitarios. Y así un largo etcétera de desgracias y horrores que todos los días la televisión vulgariza en los telediarios como si fueran inevitables. Pero no, detrás de esos penosos acontecimientos hay decisiones humanas, negocios humanos, intereses humanos, podredumbre humana de abusadores, déspotas y mezquinos.

Todo esto se me ha ocurrido tras visitar el ‘apartamento’ en que tiene que vivir un amigo, joven, con trabajo aunque no con mucha formación académica. Por poco más seis metros cuadrados, divididos en dormitorio-cocina-salon-pasillo-baño, tiene que pagar 500 euros. Por lo que vi era un edificio pensado para hotel al que han empequeñecido las habitaciones para sacar más rentabilidad, creando estas minúsculas ‘unidades habitacionales’ que, incomprensiblemente, cuentan con cédula de habitabilidad.

FUSTE.- Visitar estos días Barcelona también da para muchas sencillas reflexiones; no he podido dejar de pensar en la locura que parece haber invadido a parte de la población catalana, que, en lugar de desear seguir formando parte de un territorio extenso, variado y con gente que aporta a toda España gran capacidad creadora, aspiran a una independencia de opereta engañados y obnubilados por una burguesía corrupta que aspira a controlar el poder y la economía.

CAPITEL.- Estamos celebrando la Feria de Caspe. Qué la vitalidad que muestra el recinto ferial contagie de entusiasmo al caspolino y lo haga soñador, emprendedor y activo; dejando lo triste, lo oscuro y los malos augurios para la Fantasmada, que año a año cobra más esplendor.

Alejo Lorén