Esas tres palabras pueden, en arquitectura, ser sinónimas. En prensa, no. Aquí una columna es un escrito personal, firmado por lo general por alguien con alguna relevancia, que combina la actualidad, la opinión y las propias vivencias del firmante. El nombre le viene de su forma: se le suele dar al breve texto la vertical, ocupando una de «las columnas» en que clásicamente se divide toda página de periódico.
El hecho es que suelen ser textos dúctiles y maleables, de los que no prescinde ninguno. La combinación de contenidos que conlleva las hace poder adoptar formas -en este caso mentales- muy diversas y sirven tanto para la crítica como para el ditirambo.
Esta semana estuve de médicos, y creo que ha llegado la hora de hablar de ellos. También de considerar los grandes avances de esa ciencia y por supuesto de los Hospitales Comarcales, que por serlo ven reducido el atraer personal tanto médico como auxiliar para ejercer en ellos su profesión, dejando muchas vacantes en las convocatorias de plazas. No voy a ser yo quien hable de esos problemas, que todos pueden ver reflejados en las páginas de información de este propio periódico.
Alcañiz -y con ello todo el Bajo Aragón, el llamado (algún nombre había que darle) Histórico.
Pero ni aún así los políticos han sabido ponerse de acuerdo, y han sido capaces de dejarnos sin nuevo Hospital muchos años por planteamientos ideológicos: primero fue lo de «público, privado o mixto», y el hecho es que todavía es una estructura en medio del monte. Luego, a quien y cómo se licita la obra, que acaban dándosela a quien no puede con ella. Despropósito tras despropósito el hecho en que aún esta sin construir, lo que ha dado tiempo a sucesivas modificaciones del primer proyecto, pero casi siempre considerando lo económico y bajando la calidad y servicios: habitaciones individuales, o no, más o menos UCI, más o menos camas, etc. etc.
A mi (aquí viene lo personal, sáltenlo si quieren) me están atendiendo en Madrid por la Seguridad Social, o sea por lo público, pero a través de una renombrada clínica privada que lleva la gestión. Tengo que decir que me están tratando muy bien y no han escatimado pruebas (que por supuesto pagará el Estado de los impuestos) pero el hecho es que se han realizado, en forma y tiempo, actuaciones de calidad y con rapidez.
No he tenido que rezar a la Virgen del ‘Pilar’ para adelantar fechas (como ven retorno al título), y he sentido a la sanidad pública como ‘sostén’ de mi salud, aunque haya sido a través de la gestión de una clínica privada.
Les doy pié (de una forma deliberadamente polémica) a expresar sus opiniones.

Alejo Lorén. De cal y arena