Ya no se podía sostener la eterna negativa a llegar a acuerdos en la política española. De pronto acabó la cerrazón del Partido Popular a renovar organismos del Estado con mandato caducado; aunque quede lo más importante, el Consejo del Poder Judicial. ¿Por qué no un año antes, o tres meses atrás, si ya la Unión Europea había advertido de ese incumplimiento? Es probable que la rebelión de Polonia frente al Tribunal Europeo de Justicia haya urgido a salir del estancamiento. El desafío polaco, ahora apoyado por Hungría y respondido con energía por la presidenta europea Úrsula von der Leyen, tiene que haber presionado a Pablo Casado que, con frecuencia, exhibe sintonía con el autoritario primer ministro húngaro Viktor Orban. Había que bajarse de ese tren de amistades peligrosas para no ser encasillado. Ese es más bien el espacio de Vox. Escuchar el viernes pasado a la eurodiputada popular Isabel Benjumea, en el coloquio Empuéblate, en Toledo, defender con entusiasmo la necesidad y conveniencia de seguir en la Unión Europea, es la mejor barrera frente al euroescepticismo, o anti europeísmo, de la derecha extrema.
Acertó quien pudo asesorar a Pablo Casado para acabar con ese aislamiento que tanto daño hacía al Estado de Derecho y a su propia imagen. Menos oportuno estuvo quien sugirió invitar semanas atrás al expresidente francés Nicolás Sarkozy a la Convención Popular. Le cayó una nueva condena por corrupción a las 24 horas. Dios los vino a ver. Si les pilla la noticia mientras Casado se deshacía en elogios hacia el mandatario visitante, les arruina la reunión.
Tranquilizado momentáneamente ese frente en la política española, aunque sigan las hostilidades verbales -el editor Jesús Polanco las solía definir en privado como «hostialidades»- al Gobierno de Pedro Sánchez se le han abierto las costuras a propósito de la reforma laboral que se prometió derogar; pero ahora menos. Había que tomar partido entre la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, o la segunda, Yolanda Diaz, y Sánchez desde Bruselas -ojo, desde Bruselas- se ha inclinado por Calviño. Diaz sigue asegurando «la derogación de la reforma, a pesar de las resistencias, que son muchas». Por si faltaban más discrepancias, la inhabilitación del diputado Alberto Rodríguez de Podemos, por sentencia del Tribunal Supremo, ha generado una querella contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, socialista, por acatar la decisión judicial. La ministra podemita Ione Belarra acusa a los magistrados de prevaricación y éstos responden indignados ante la gravedad de la acusación de esta integrante del Gobierno. La resistencia personal de Pedro Sánchez ante los conflictos, sin duda resultaría más interesante para estudiar en un Congreso de Sofrología que en una Convención política.
Si a ese nuevo frente de borrasca le sumamos el aviso de los nacionalistas del PNV, Esquerra Republicana y otros, de que igual no apoyan los Presupuestos Generales del Estado, se dibuja un escenario muy inestable con posibles elecciones anticipadas. Podría razonarse que no serán tan insensatos de forzarlas, porque a dia de hoy, de celebrarse, es probable que el actual Gobierno fuera sustituido por otro PP-Vox. Pero la insensatez de la actual clase política española está acreditada. Piensen en Albert Rivera, que cambió su vicepresidencia del Gobierno, casi inevitable y lógica, por la ruina de su partido y la de su propia carrera política. Ciudadanos no levanta cabeza por más que lo intente. Y no olviden que las opciones independentistas crecen con la derecha en el poder. Todo puede suceder.
Manuel Campo Vidal. Periodista
Pascual F. dice
El Señor Casado y muchos del PP no son capaces de desligarse de VOX, son carne de su carne y además es que quedan pocos moderados en el PP. Se les van las cabras al monte y cada día mas. No hay mas que ver las declaraciones y los hostigamientos continuos de gentes de y desde su partido como José María Aznar que llama a la unificación de PP, VOX y Ciudadanos o las declaraciones de Esperanza Aguirre llamando niñatos, intoxicadores y chiquilicuatres a los del PP de la calle Génova. O los jueces «moderados» que el PP ha metido en las instituciones para que sean neutrales.
O la Señora Ayuso, mas cerca de posiciones VOX, con el que gobierna, que con los de su propio partido.
Que al PSOE, le tiemblan las piernas muchas o todas las veces en cuanto hay que tomar medidas sociales pues esta a la vista. Son muchos los que estando en el partido socialista de socialistas tienen poco o nada. Pero en ciertos momentos les proporciona el poder y lo que ello conlleva hoy y… ¿mañana?.
Que la Ministra de Trabajo se les esta comiendo la torta a los demás políticos de uno y otro partido con su trabajo, con su educación y con los acuerdos conseguidos con patronal y empresarios, con los sindicatos lo tenia mas fácil, pues es otro hecho, aunque me temo que la parte mas reaccionaria de la CEOE ya le han dicho al Señor Garamendi que vale de acuerdos, hasta ahí podíamos llegar, pactar con una comunista, al margen de que los acuerdos sean buenos o malos, ¿o es que los que firmaron eran malos?. Demasiados radicales y empecinados por todos lados poniendo palos a todas las ruedas.
Dice usted: «La insensatez de la actual clase política española está acreditada». Pues si, pero no me venga con que todos son insensatos, que eso es muy facilico, los hay mas que otros y a esos es a los que hay que denunciar y no meter a todos en el mismo saco. Señores periodistas ahí les quiero ver, pero claro, los periodistas también toman su partido y algunos son todavía mas insensatos que los políticos. No hay mas que ver a algunos de ellos en tertulias televisivas como vociferan, insultan y no respetan ni a la madre que los pario, cual si fueran diputados en el hemiciclo.
Lo de los independentistas de izquierdas y sobre todo los de ERC, se lo tendrían que hacer mirar. El Señor Aragonés, dícese de izquierdas, yendo a rendir pleitesía al Señor Puigdemont, en Bélgica, en Cerdeña o donde el Señor se encuentre, representante de las derecha oligárquica de Cataluña, tela. Pero no puede acercarse a Zaragoza a reunirse con los presidentes de Aragón, Baleares y Valencia, mas los empresarios de todas esas comunidades incluida la suya, Cataluña.
El futuro cuando menos es de pronostico… reservado.