Se podrían citar varias y diferenciadas razones, por las cuales la mayoría de los inversores se alejan de los mercados, al cabo de un cierto tiempo. Pero es verdad que se podrían resumir en dos. La primera, sería debido a que estos inversores han sufrido o están sufriendo unas pérdidas que exceden a sus previsiones iniciales. La segunda razón, sería debido a que estos inversores, no soportan la volatilidad que se ceba con los mercados durante ciertos momentos del año.

Estos dos enemigos que todos tenemos, son los amigos diarios de los inversores que normalmente denominamos de «éxito». Este tipo de inversores, gestionan sus carteras de manera que estas no les generen intranquilidad.

Para ser capaces de resistir a los malos tiempos tienen dos máximas. La primera sería, evitar pérdidas más grandes de las que se puedan soportar. Y la segunda mantener las subidas y bajadas dentro de un rango que pueden soportar.

Los inversores exitosos reconocen que minimizar las pérdidas es esencial para mantenerse en el juego, por lo que la mayoría de ellos desarrollan sistemas de gestión de riesgos para hacer precisamente eso. Esto podría lograrse, controlando el riesgo mediante los stop-loss que normalmente usamos todos, definiendo un precio al que venderían si la inversión se diera la vuelta y comenzase a bajar estrepitosamente. Pero el uso de un stop-loss por si solo se quedaría corto, en una verdadera gestión del riesgo.

Estos inversores controlan el riesgo en múltiples niveles, usando múltiples mecanismos de seguridad. Ellos además de utilizar un stop-loss en una acción individual, también tienen estudiado el reducir el tamaño de su posición a medida que el valor cae. Vigilan el riesgo y las pérdidas a un nivel sectorial considerando un grupo de acciones como si fuera una.

Usan controles que alteran las cantidades invertidas en acciones frente a los bonos, frente a opciones, o frente a futuros que tengan en cartera. Controlan el riesgo de una moneda o la exposición a un país. Y, si todas esas medidas fallan, tienen marcado un nivel en el que su cartera, se liquida totalmente.
No es necesario llegar a estos niveles de control de riesgos, pero sí que es verdad, que es de la gente exitosa, de la que se debe aprender. Llegar a convertirse en un inversor de éxito es un camino que pasa, entre otras muchas cosas, por el reconocer la importancia vital de minimizar las perdidas.

Raúl Cirugeda Conejos – Caja Rural de Teruel