La cuarta ola de contagios covid se está cebando con el territorio, que registró ayer el doble de casos covid, 41 en todo el sector hospitalario de Alcañiz. Especialmente preocupante es la situación de vulnerabilidad de las residencias. El brote de Calanda ya tiene 16 afectados (2 trabajadores y 14 residentes). Resulta frustrante que cuando se produce la llegada de la vacuna las residencias tengan que seguir enfrentándose a contagios. El ritmo de la vacunación es inadmisiblemente lento. En el Bajo Aragón histórico comenzó el día 30 y se detuvo (como en el resto de Aragón) en Nochevieja, incluyendo el resto de festivos hasta esta semana. Los sanitarios están pidiendo que se vacune todos los días para acelerar la carrera contra la cuarta oleada en los centros de mayores y blindarlas así de brotes. De hecho, en Andorra, se vacunó el día de Reyes festivo ante la preocupación de contagios y la llegada de la nieve. La coordinadora del centro de Salud tuvo que realizar un mensaje al municipio a través de la televisión local para pedir que la población se aislase al ver que varias personas con síntomas no se habían aislado achacando su malestar a resfriados. Alertó de la subida exponencial de los contagios, tal y como está sucediendo en otras zonas. Las áreas sanitarias de Hijar, Alcañiz, Alcorisa o Valderrobres también han notificado varios casos esta semana y se está rastreando a decenas de contactos. En residencias como la de Valderrobres se terminó ayer de suministrar la primera dosis de la vacuna, y el plan es que la semana próxima finalice el proceso. Sin embargo, desde los colectivos sanitarios urgen agilidad, dado que este trabajo podría haberse realizado mucho más rápido si se hubiese contado con la planificación, los refuerzos de personal y los incentivos necesarios. Incluso ayer se planteó que farmacéuticos, veterinarios, mutuas y el cuerpo sanitario del Ejército pudieran reforzar estas labores para poder llegar lo antes posible allá donde hiciera falta. No es de descartar su intervención estos días, especialmente teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas que anuncian que algunas poblaciones rurales podría quedar aisladas. No se puede perder ni un solo día más por la vacunación, ni los festivos ni las nevadas suponen una justificación razonable ante la posibilidad de salvar vidas.

Editorial