Aunque parezca mentira, durante este tiempo que ha transcurrido desde el inicio de la pandemia han acontecido noticias de diversa índole alrededor del mundo y a nivel local.

Ha seguido la guerra en Siria, el conflicto más encarnizado de este siglo, un país con alguna de las ciudades más antiguas del mundo, cuna de civilizaciones y foco eterno de conflictos como toda la región con la que cohabita, aunque ya no llegue a los titulares son más de nueve años de guerra y de la crisis humanitaria más alarmante de este mundo.

Otra cuna de civilizaciones, el río Nilo, también es epicentro de otro problema regional importante, la construcción de una gran presa por parte de Etiopía que se ha topado con la oposición de Sudán y Egipto, se avecinan problemas de vecindad en la cuenca del Nilo…

Hasta una pequeña invasión de mercenarios en Venezuela, derrotada en apenas unas horas por un grupo de pescadores y militares.

Con todo esto vengo a decir que una vez superada la fase más grave de la pandemia, el mundo seguirá presentando muchos problemas y me temo que agravados en un mundo egoísta, porque todos nos chafaremos para salir de la alcantarilla primero y puede que eso precisamente nos lleve a estar más abajo todavía.

A nivel local, reitero que la pandemia nos ha traído un cierre de la Central a cada rincón de España, pero nuestro cierre no deja de ser el primero, aunque hemos recibido la noticia de la construcción del parque solar. No faltarán los defensores de que esto es «pan para hoy y hambre para mañana» pero es lo que hay y no es malo, a falta de la oficialización del eterno convenio de transición justa. No somos extraterrestres y la situación post pandemia, será extremadamente precaria en todos los lados, así que no nos podemos quejar.

Me preocupa, y mucho, el golpe económico incluso en los pueblos más diversificados como Alcorisa, Alcañiz o Calanda y me recuerda que en esto de la economía hay golpes imprevisibles capaces de desmoronar la tesis más sólida. Por todo ello es imprescindible que las macro cifras de ayudas prometidas por el gobierno no se conviertan solo en eso titulares.

Aquí se ha hablado de una inyección a la economía de hasta doscientos mil millones de euros, hay que centrar la presión en la ejecución de esas promesas y no es incompatible con la prioridad de preservar la salud pública.

Y por último otra de las cosas que no quiero que pasen de alto al recordar nuestro tiempo, es el mal ejemplo que estamos dando en el desconfinamiento, creo que todos sabemos que nos estamos ganando a pulso que nos retrasen de nuevo la fase, pero es difícil que lo hagan porque la economía se ha acabado imponiendo, pero es para reflexionar lo que estamos haciendo y me incluyo el primero de la lista, no señores los políticos y nuestro podrido sistema no lo han hecho bien, pero la ciudadanía a nuestro libre albedrío tampoco es que lo estemos haciendo mucho mejor.

Víctor Puch