Esta pandemia nos ha dejado en una situación incierta pero vamos a poner todas las miradas en las expectativas del futuro con cautela, prudencia y siempre con valentía y trabajando todos juntos, apoyándonos los unos en los otros.

Pero no hay éxito sin disciplina. Recordemos que la disciplina es el conjunto de reglas que conducen a un cierto resultado como puede ser desarrollar habilidades para conseguir un propósito, forjando el carácter, aumentando la fuerza de voluntad a base de mucho sacrificio, empeño y responsabilidad.

Debemos marcar nuestros objetivos. Si, conscientes de nuestras destrezas, habilidades y limitaciones, «nosotros no creemos» que somos capaces de salir de esta crisis más reforzados, nadie creerá en nosotros. Primero cree en ti mismo, decídete y crea un plan de acción. En el camino encontraremos trampas, curvas, altibajos,… pero no hay que perder la perspectiva y seguir hacia la meta marcada. Ya estamos embarcados, intentemos poner alguna flor para hacer la trayectoria más agradable.

Tenemos a nuestras familias, buenos amigos y personas que pueden ayudarnos, valorémoslas que nos aportarán energía y motivación, seamos también agradecidos, respetuosos y proyectemos entre todos el optimismo y la fuerza que necesitamos.

Igual que el gusano de seda tras un proceso de metamorfosis doloroso se convierte en una bonita mariposa llena de colores y libre, también nosotros saldremos airosos y con una misión más amplia del futuro.

Vamos a conseguir la recuperación social y económica en todos sus sectores y yo quiero romper una lanza en favor del sector primario que es, ha sido y será de vital importancia para la supervivencia humana. ¿Qué habría sido de todos nosotros sin el trabajo de los agricultores, ganaderos y pescadores? Ellos saben muy bien que las semillas que plantemos hoy determinarán el fruto que cosechemos mañana.

«¡La vida es un reto: vívela, siente, ama, ríe, llora, juega, gana, pierde, tropieza,… pero siempre levántate y sigue!»

Carmen Agud – PAR Fuentespalda