Los datos de la pandemia en el sector sanitario de Alcañiz son verdaderamente preocupantes, con el foco especialmente situado en los municipios de Alcañiz y Valdealgorfa. Ambos pueblos tienen la mayor tasa de contagios de Aragón, alcanzando casi los 1.400 casos por 100.000 habitantes. Las cifras están descontroladas con una transmisión comunitaria preocupante que ha llevado al Gobierno de Aragón a tomar la decisión del confinamiento perimetral de Alcañiz y en la propia Valdealgorfa ha sido el alcalde el que ha pedido a los vecinos que se confinen. De hecho, en este municipio ayer se tuvieron que realizar 60 PCR más en el pabellón municipal de este pueblo, con 600 habitantes. En ambos casos los brotes parecen tener su origen en la falta de control en el ocio nocturno de las navidades, concretamente en algún bar donde se habría incumplido el aforo y las condiciones sanitarias mínimas. Este incumplimiento hace que paguen justos por pecadores, en todos los sentidos, el sanitario y también en lo que compete al sector hostelero, donde muchos negocios están realizando verdaderos esfuerzos de control e inversiones para mantener la seguridad de sus clientes desde hace ya 10 meses. El sector de la hostelería de las comarcas bajoaragonesas precisamente realizó una rueda de prensa el viernes con más de 80 empresas apoyando la iniciativa para pedir que los criterios sanitarios de la gran ciudad y el medio rural sean diferentes. En este sentido, el confinamiento de Alcañiz impide que los vecinos de toda la comarca histórica entren en la ciudad a comprar en supermercados, tiendas de alimentación, textil y servicios. El daño a la economía es tremendo y, si bien es de sentido común que los alcañizanos no salgan del municipio, no lo es tanto que los bajoaragoneses no puedan acceder a establecimientos donde las medidas de seguridad están garantizadas con aforos controlados e higiene. Además, hay que tener en cuenta que muchos de estos servicios no están presentes en los pequeños pueblos, por lo que privar durante un mes de ellos supone un importante trastorno. Probablemente muchas personas se saltarán estas restricciones ante la escasez de controles policiales. No hay efectivos suficientes de la guardia civil para perimetrar todo el territorio, y el municipio de Alcañiz tiene uno de los términos más grandes de España. Durante todas las navidades hemos asistido a la falta de acción policial en aquellos lugares donde se ha incumplido sistemáticamente la normativa, y se sigue haciendo. En algunos pueblos simplemente no hay efectivos, y en otros, no actúan. Sucedió en navidades, y continúa pasando. Este mismo lunes La COMARCA recibió una queja de inacción de la guardia civil ante la denuncia directa porque en un bar de Alcorisa se estaban saltando los horarios y los aforos el sábado. Los efectivos policiales se quejan de falta de medios y herramientas jurídicas, las autoridades políticas miran hacia otro lado ante una realidad incómoda y algunos irresponsables aprovechan la ocasión para saltarse las medidas, extendiendo los contagios como la pólvora y arriesgando la vida de todos. Es inadmisible. Alcaldes, policía y guardia civil deberían coordinarse ya, emitir sanciones y poner coto al asunto.

Editorial