A nadie vamos a descubrirle a estas alturas de la tormenta lo negro que está el cielo y los nubarrones que se ciernen al otro lado de la colina, pero desde nuestro partido estamos demostrando que si el ciudadano se cala hasta los huesos, nosotros no vamos a permanecer secos. Porque ciudadanos, somos todos.

La política útil no se hace desde una atalaya, protegidos de la realidad que hoy nos toca vivir; se hace bajando al barro, pisándolo, sin perder el contacto con la vida civil, que sigue muchas veces ajena e inconexa a los debates políticos que se empeñan con frecuencia en buscar problemas donde no los hay, con tal de crear divisiones cuando menos las necesitamos, a fin de medrar en éstas.

En nuestro grupo local y comarcal no pretendemos ser sino la extensión de esa vida civil, de la que venimos y formamos parte integral. Seguimos viviendo como trabajadores los problemas de sacar un negocio adelante; durmiendo escasas horas para compatibilizar la vida laboral, política, y personal; acostándonos con preocupaciones y problemas que resolver; exponiendo nuestros trabajos, clientela y familia; inmersos en la realidad de la calle y la ciudadanía.

Por eso, nuestra labor política tiene como único propósito mejorar la vida de quienes nos rodean: clientes, proveedores y vecinos. Y esto significa poner siempre las instituciones al servicio del ciudadano y exigirle que bajen al ruedo a aquellos que pululan entre el palco y el graderío sonriendo y dando palmas, pero sin mojarse.

El movimiento se demuestra andando y, por eso, desde Ciudadanos hemos promovido ayudas para autónomos, empresas y asociaciones. Impulsado mociones que sirvan para cambiar la actitud de aquellos que duermen a pierna suelta, sabedores de que cobran de lo público y permanecen ajenos a los problemas de la gente corriente que no llega a fin de mes o aquellos que quizá no vuelvan a levantar la persiana de ese negocio por el que tanto lucharon.

Nosotros estamos para que esos mandatarios atrincherados en sus despachos aflojen ya la soga con la que asfixian a tantas familias. Para ayudarles en la batalla del día a día, convencidos de que merece la pena luchar por y junto a ellos, y no dejarlos en la estacada. Porque defender sus intereses, significa defender los nuestros y de todo el conjunto social. Y porque de no hacerlo, sería faltarnos a nosotros mismos y a nuestro único motivo de existencia: la utilidad pública.

Cristian Poblador – CIUDADANOS Caspe