Son días duros, desde la llegada del covid mucha gente ha estado en erte, en suspensión de trabajo, en definitiva con pocos recursos económicos, algo así me paso a mi y decidí buscar trabajo en el campo, que era lo que parecía más asequible, ya que el campo no entiende de pandemias, festivos ni nada que se le parezca. Mi primera idea, pues cerca de casa, se les llenaba la boca por la radio y por la tele, «el campo te necesita», pues bien, me apunté en varios sitios donde se suponía que iba a ser fácil debido a la alta demanda de personal ante la inminente llegada de la recogida de la fruta. Pasan los días y ni una sola respuesta, aunque fuese para descartar mi currículum lo que todavía me pareció más extraño. Mientras por la tele seguían diciendo que no encontraban gente, que por favor abrieron fronteras para los temporeros… De repente cuando ya el desánimo se empezó a apoderar de mi recibo una llamada, habían leído mi currículum y querían que trabajase con ellos, en principio alegría, por fin trabajo que bien. Después de unas preguntas se me ocurre la brillante idea de preguntar condiciones de trabajo y aquí viene una de las razones por las que yo creo que no encuentran gente. El horario tenía que ser partido con un máximo de 8 horas (en teoría), sin días de fiesta, bueno podías cogerte fiesta pero ese día no lo cobrabas. Si llovía, como ese día no se puede trabajar, tampoco se cobraba y todo esto a 5 euros la hora. Con lo cual la cuenta era fácil, no me salía rentable trabajar, 4 horas (y 60 km de coche entre ida y vuelta) por la mañana y otras 4 horas (con otros 60 km) por la tarde, total 40 euros de sueldo, ¿cuánto cuestan 120 km de gasolina?, resumiendo si trabajaba los 30 días del mes sin descanso y rezando para que no lloviese se quedaban en 1.200 euros de sueldo si de ahí descontados la gasolina necesaria para ir a trabajar no llegaba ni a mileurista y ya no me pongo exquisito a, si como cualquier persona, tuviese por lo menos un día de fiesta. Total que decidí rechazar el trabajo, con la sorpresa de que a los pocos días me llaman de otro sitio también para el campo en el cual me ofrecen muchas mejores condiciones, con días de fiesta y todo, además sin preocuparme por la lluvia porque no afectaría a mi sueldo, es decir iba a tener un sueldo fijo y no por horas, lo cual me hace preguntarme, ¿Realmente quieren que la gente trabaje en el campo?, ¿aprovechan la situación para especular con los trabajadores?, ¿quién controla las horas de trabajo? A lo mejor el problema es que buscamos culpables fuera y no nos miramos el ombligo. Porque yo creo que con las condiciones del segundo trabajo no hubiesen tenido problema para encontrar gente y mucho menos tener que movilizar para la apertura de fronteras. Dicho esto, espero que tengan una gran cosecha y podamos disfrutar de los grandes productos que tenemos en nuestra tierra.

Moisés Millán – CHA Alcorisa