Después de la sesión de investidura para constituir el Gobierno de España, sentía una enorme  vergüenza ajena, tristeza y pena por el comportamiento de los diputados y diputadas que ocupan la bancada de las derechas, como creo que le ocurrió a la mayoría de los ciudadanos. Decidí calmarme un poco para escribir este artículo. No quería, con mis reflexiones, contribuir al clima de crispación al que se está llegando, sobre todo con los actos y declaraciones de algunos que no se hacen merecedores de representar a la ciudadanía. Que nuestra forma de hacer no favorezca la ruptura de la convivencia, independientemente de la ideología.

De la sesión de investidura, quiero quedarme con el programa del primer gobierno de coalición de la actual época democrática española, el de PSOE y Unidas Podemos. Es un gobierno que apuesta, sobre todo, por garantizar los derechos sociales y cuyo eje principal son las personas. Con el discurso del presidente Pedro Sánchez me sentí identificado cuando hablaba de igualdad, de equidad, de la lucha contra la violencia machista, de garantizar las pensiones, de cambiar la reforma laboral del PP, de potenciar la sanidad y la educación pública, de la lucha contra el cambio climático o de una transición energética justa y sostenible, con lo que esto supone para nuestra provincia, para la comarca de Andorra y nuestras cuencas mineras.

También quiero quedarme con la apuesta por una PAC justa con tres ejes, el económico, el social y el medio ambiental, por la recuperación del talento emigrado y la búsqueda del equilibrio territorial desde una mejor financiación autonómica, primando el diálogo y la solidaridad interterritorial, para que con la política seamos capaces de afrontar la crisis catalana y la desigualdad entre territorios.

Quiero quedarme con el compromiso del presidente Sánchez, que a su vez pidió a todos los diputados, para acometer como prioridad y con mayores recursos el gran problema de este país que es la despoblación y que provoca el desequilibrio territorial que debemos parar. Este gobierno se compromete a luchar contra la despoblación mediante el impulso a infraestructuras que hemos reivindicado durante lustros: el eje Cantábrico-Mediterráneo, la A-68, la mejora de la N-330 entre Villastar y Ademuz, la variante de Alcorisa, los estudios de las variantes de Calanda, Utrillas, Montalbán, entre otros proyectos. Y, entre los acuerdos del gobierno de coalición, se muestran como imprescindibles las infraestructuras tecnológicas, la conectividad del medio rural.

Desde el Partido Socialista con el presidente Sánchez, como partido más votado en las elecciones del 10 de noviembre, hemos cumplido el mandato de las urnas con la formación de un gobierno de coalición, el único gobierno posible y totalmente legítimo, del que soy partícipe y defensor. He comprobado durante estos días, por diferentes puntos de nuestra provincia, la satisfacción por la constitución de un gobierno que nos sacara de la parálisis, del único gobierno que podía ser. No será fácil, pero estoy convencido del éxito de este ejecutivo, más aún después de saber quiénes son los ministros que lo componen.

Al Partido Socialista siempre le ha tocado liderar los momentos de dificultad y las grandes transformaciones de este país. Por eso estoy convencido del éxito de esta nueva etapa y espero poder compartirlo con vosotros. Además, el PSOE siempre ha sido leal a España, bien en el gobierno o en la oposición. Es lo que ahora espero de los partidos que en este momento les toca ser oposición. Porque la grandeza de la democracia es que todos cabemos en ella, independientemente de cómo pensemos. Y sin respeto, no hay democracia

Herminio Sancho – Diputado del PSOE en el Congreso por la provincia de Teruel