Esta nueva década tenemos muchas preocupaciones, como la globalización. Muchos estados, regiones y organizaciones tienen que realizar un papel fundamental para el crecimiento mental y emocional del ser humano, Necesitamos una reconversión del sistema, no el que como hasta ahora nos está permitiendo sobrevivir, agotando muchos recursos, destruyendo familias y todo tipo de especies.

2020 venia cargado de protestas ciudadanas donde las medidas de disuasión incitaban a la violencia creando un posicionamiento social cada vez más fragmentado y extremista. Otra de nuestras preocupaciones es el capitalismo, con la constante lucha de liderazgo de potencia global, la emergencia climática, la desigualdad de género y social, la reinversión de organizaciones y territorios, donde la ONU cada vez tiene más demanda y les sigue aumentando un gran problema de económico, como el que también presentan muchos estados. Alguno como el chino no tiene este problema, pero tiene otros, teniéndose que aliar para crecer y mantenerse como un gigante tecnológico.

Europa, sigue yendo sin rumbo, pero ya con poco margen para su extinción, es hora deponerse a trabajar, realizando actuaciones de cooperación. Tenemos que ser un poco narcisistas en este aspecto, ya que tenemos mucho y variado que ofrecer, pero lo importante es desmarcarse siendo pionero en algo, dejando de depender de otros como Estados Unidos y China para poder salir beneficiados, creyendo en nuestros productos, que con eso no quiero decir, solo en Turismo, aunque nos queda mucho por crecer, seguir haciéndolo con la única condición de que se mantenga el bienestar social de los ciudadanos, done existe una gran desigualdad.

Desigualdad como la que hay entre comunidades, ya solo con las medidas adoptadas con la lucha del coronavirus, como el uso obligatorio de mascarillas, es una medida muy necesaria, pero pienso que es insuficiente y debería ser obligada para todo nuestro país, debiendo también implantar y ofreciendo todo los medios necesarios para garantizar un riesgo nulo ante esta lucha, tareas que nuestras administraciones ya hacen mal desde un principio no siendo igualitarios, administrando como de costumbre por intereses políticos, no garantizando la correcta protección a los diferentes trabajadores y personas que precisan los servicios, medidas con el ingreso mínimo vital, que benefician a unos pero perjudican a otros, medidas que como esta y como tantas otras, hacen que nuestro modelo social se deteriore, ofreciendo unos ingresos que van desde los 461,53€ a los 1.015,37€ cumpliendo una serie de requisitos que no tienen que ver con el intercambio por tiempo o trabajo, lo que tendría que ser fundamental.

Los autónomos y sobre todo los agricultores sabemos muy bien que sin invertir tiempo y trabajo, sin ellos difícilmente se puede opten una buena cosecha, aparte de las largas jornadas con mucho sacrificio para poder ganar 461,53 €, los que alguno se llevan al bolsillo, a parte de los trabajos sumergidos.

Las medidas impuestas se quedan a medias, como las caras de las personas que a partir de ayer también lo están, todos con mascarillas, ¿estas son las únicas medidas que quieren para nosotros?.
Algunos no nos conformamos e intentamos buscar soluciones, siempre observando con detenimiento a los ojos, intentando ayudar y empatizando con quienes nos rodean.

Ángel Antolín – PAR Valdealgorfa