Tras el error que bajo mi punto de vista supuso la nueva convocatoria de elecciones y el hecho de hacerla coincidir con la sentencia del procés, el resultado no me sorprendió. Ni a mí, ni a muchos. De aquella noche electoral hay más sombras que luces, básicamente por el ascenso tan fuerte de la extrema derecha, que en mi opinión es una noticia trágica y que debe ponernos en alerta. Pese a la mojigatería con la que es tratada por todos los partidos, y la negativa de PP y Ciudadanos a elevar un «Cordón Sanitario» como se ha hecho en el resto de Europa, no debemos olvidar que esa misma extrema derecha les privaría de cualquier derecho adquirido a sus adversarios si tuviera oportunidad, como ha demostrado en multitud de ocasiones. Como botón de muestra el hecho de que ante la lacra de la violencia machista, ni el Parlamento de la Comunidad de Madrid, ni el Ayuntamiento de la capital vayan a suscribir un manifiesto con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género. Qué vergüenza.

Aquí en Teruel el «cordón sanitario» lo puso Teruel Existe, porque de no haber concurrido a las urnas, VOX hubiese obtenido un diputado; de ahí que no sea capaz de entender los furibundos ataques de los que ha sido objeto antes y después esta agrupación de electores, que no es sino la voz, o más bien el grito desesperado de esa España Interior Vaciada, olvidada y maltratada históricamente. Todos hemos leído y escuchado cosas que a algunos se nos antojaban inaceptables, y el hecho incuestionable es que una mayoría holgada de turolenses, ha dado su apoyo a esta opción que no persigue otra cosa que la salvación de nuestra provincia. Ahórrense pues el insulto, el descrédito y las chanzas. Teruel ha estado y está en boca de todos, y para disgusto de muchos no es ni una amenaza a la democracia, ni a los valores fundamentales que rigen la constitución. La amenaza está en otro lado, y sería de agradecer cierta contundencia a la hora de defender nuestra tierra ante quienes abogan por acabar con las autonomías, aprobar el trasvase, o cercenar nuestros derechos y libertades.

Termino lamentando que con tanto sagaz analista como nos ronda, sean tan escasas las alusiones al modelo británico donde los diputados rinden cuentas ante sus electores y no ante sus partidos. Aquí la disciplina de voto no se la salta ni el tato, y como es habitual los problemas de los ciudadanos se diluyen en las estrategias de los partidos. La confianza es que ahora nuestros problemas se visibilicen; que ya es hora de que alguien hable de la realidad de esa España rural que siempre queda por detrás y nunca está en la agenda. Por fortuna esta vez Teruel Existe.

Ángel Hernández – CHA Alcorisa