Tan solo era necesario dar una vuelta por la ladera de Cantagallos para ver que algo no marchaba bien. Las obras del nuevo Hospital Comarcal de Alcañiz estaban prácticamente paralizadas desde hace año y medio; y los continuos incumplimientos de la UTE OHL-Dragados se remontan al comienzo de la construcción. El informe del Consejo Consultivo de Aragón en el que se basó el Gobierno de Aragón para aprobar la rescisión del contrato de construcción con la UTE pone sobre papel lo que veía in situ quien siguiera desde el primer momento la evolución de la obra. Ahora conocemos detalles aún más flagrantes como que tan solo pasó un mes desde la colocación de la primera piedra para que el Salud tuviera que remitir un requerimiento a OHL-Dragados advirtiéndole del incumplimiento de la ejecución de los trabajos ya que no había movido ni una sola máquina y todo seguía igual que después del acto oficial que reunió con bombo y boato a todos los agentes políticos de la comunidad; o que desde el primer momento la UTE ya pidió suspender temporalmente las obras. Entonces era octubre de 2017 pero en 2018 y 2019 se sucedieron los requerimientos para recuperar los desfases y cumplir con un programa de trabajo que nunca se ha llegado a ejecutar. Lo que queda ahora es que se han perdido más de cuatro años y hay que volver a empezar sacando a concurso por tercera vez las obras del Hospital. Tan solo se ha levantado el 10% del proyecto dejando por ejecutar 17 millones de euros presupuestados desde 2017 a 2019. Ahora solo cabe esperar que el Gobierno de Aragón cumpla los pasos que ahora tiene que dar para volver a licitar las obras con la máxima celeridad posible teniendo en cuenta que los plazos de la administración nunca son sencillos y que en el último concurso pasó un año entre que se licitó la obra y se aprobó el acta de replanteo, es decir, el paso último antes de poder colocar la primera piedra. Al compromiso inherente del Gobierno de Aragón se le suma un extra con una consejera nacida y criada en el área sanitaria de Alcañiz, la caspolina Sira Repollés, que bien conoce las situación del centro actual, antiguo y con problemas de espacio. Durante la pandemia quedaron en evidencia más que nunca los problemas del actual Hospital. El Bajo Aragón Histórico es la única zona de Aragón sin una Unidad de Cuidados Intensivos que debe derivar a sus pacientes más graves por una carretera peligrosa y sin desdoblar a Zaragoza; y que durante la crisis del Covid-19 tuvo que hospitalizar a pacientes en un hotel para que no se saturara.

Editorial