La última etapa de la ruta por la dignidad fue la más emocionante de todas. La llegada a Teruel logró emocionarnos y no pudimos sentirnos más agradecidos con toda la gente que salió a recibirnos. La entrada por el viaducto y ver la fuente del Torico y la Plaza de la Catedral fue como un sueño. ¡Lo habíamos conseguido!
Llegamos a pensar que no conseguiríamos completar la última etapa. La ruta anterior, con llegada a Valdelinares, fue especialmente dura. Sin embargo el jueves cuando nos levantamos nos vimos con fuerza y pensamos que el hecho de saber que ya estábamos llegando nos ayudó muchísimo.
Esperamos que con esta ruta hayamos removido conciencias y sobre todo que los turolenses sean conscientes del patrimonio que tienen, que tenemos, que es único en el mundo y que no se aprecia lo que se debería. Ahora nos toca recuperarnos ¡Muchas gracias a todos los que nos habéis apoyado en esta andadura!
