En el mundo de las inversiones, una de las estrategias más recomendadas por los expertos es invertir a largo plazo en fondos de inversión. Esta estrategia se basa en la idea de que los inversores deben mantener sus inversiones durante un período prolongado de tiempo para obtener los mejores rendimientos posibles. Al combinar esto con la práctica de aportar periódicamente a esos fondos, se puede lograr un buen precio medio y reducir el impacto de las fluctuaciones a corto plazo Históricamente, los fondos de inversión han demostrado ser una excelente opción para aquellos que buscan obtener rendimientos a largo plazo. Tomemos como ejemplo el comportamiento del mercado de valores. A lo largo de las décadas, los mercados han experimentado altibajos, con períodos de fuertes caídas seguidos de recuperaciones significativas. Sin embargo, aquellos inversores que se han mantenido invertidos a largo plazo han logrado superar estas fluctuaciones y obtener beneficios atractivos.
Un estudio del histórico del índice S&P 500, que representa a las 500 empresas más grandes de Estados Unidos, revela que desde 1928 hasta 2020, el rendimiento promedio anual fue de alrededor del 10%. Esto significa que si alguien hubiera invertido $10,000 hace 50 años y se hubiera mantenido invertido, su inversión habría crecido a más de $1 millón. Estos datos históricos muestran claramente la importancia de la inversión a largo plazo.
Pero invertir a largo plazo no es suficiente por sí solo. Es igualmente importante aportar periódicamente a los fondos de inversión. Al hacerlo, se aprovechan las fluctuaciones del mercado a lo largo del tiempo. Cuando los precios de las participaciones son bajos, las aportaciones periódicas permiten adquirir más participaciones, lo que se conoce como «comprar a la baja». Por el contrario, cuando los precios son altos, las aportaciones pueden ser más moderadas o incluso suspenderse temporalmente, evitando así comprar en momentos de sobrevaloración.
Esta estrategia de aportaciones periódicas a lo largo del tiempo se conoce como «dólar promediado» o «costo promedio en dólares». Al invertir una cantidad fija periódicamente, se adquieren más participaciones cuando los precios son bajos y menos cuando los precios son altos. Esto tiene el efecto de reducir el impacto de la volatilidad a corto plazo y lograr un buen precio medio a lo largo del tiempo.
La ventaja de esta estrategia es que no requiere que los inversores intenten predecir los movimientos del mercado, lo que puede ser una tarea difícil e incierta. En cambio, se enfoca en la disciplina de invertir de manera constante y a largo plazo, aprovechando la capacidad del mercado para generar rendimientos atractivos a largo plazo.
Queda claro que invertir a largo plazo en fondos de inversión y aportar periódicamente es una estrategia sólida respaldada por datos históricos. Al mantener las inversiones durante un período prolongado, los inversores pueden aprovechar el potencial que siempre han demostrado los mercados a pesar de las eventualidades.
Raúl Cirugeda. La Bolsa / Espacio de Caja Rural de Teruel