Hay mejor forma de terminar el año y afrontar los nuevos retos para 2020 que siendo agraciado con el Gordo de Navidad? Probablemente, no. El sorteo de la Lotería este año ha dejado más de 20 millones de euros muy repartidos en todo el Bajo Aragón Histórico y, como no puede ser de otra manera, solo cabe celebrarlo. Cada papeleta vale 100.000 euros y cientos de ellas se han quedado en familias alcañizanas, calandinas, maellanas y también de la comarca del Matarraña. La Lotería había pasado de puntillas dos años por el territorio desde que, en 2016, el Balonmano Alcañiz repartiera 12 millones de euros entre Andorra y Alcañiz.
En esta ocasión, el amor por la jota, la pasión por las tradiciones de la tierra y, sobre todo, la estrecha relación y fuertes lazos de unión que unen a aragoneses y catalanes han propiciado que el gran premio llegue al territorio. El Centro Aragonés El Cachirulo de Reus ha repartido el número 26.590. Sus socios, aragoneses que algún día tuvieron que emigrar a Cataluña en busca de oportunidades laborales o abrazando nuevos proyectos de vida, han traído a sus pueblos la mejor de todas las suertes. Porque dicen que el mejor premio es compartirlo y así lo han hecho; llevando participaciones a sus familiares, vecinos y amigos. Desde el domingo, los villancicos, las copas de cava, los abrazos y la euforia inundan la residencia de Alcañiz, el bar Lis de Maella o la cochera de los Magrazó, entre otros. El territorio comparte con los agraciados esa felicidad, fruto del arraigo que muchos que se han tenido que marchar mantienen con su tierra.

Poco a poco, la locura se calmará y tocará sentarse y seguir adelante para comenzar un año de nuevos retos. Retos que a nivel territorial pasan por seguir dando voz a la España vaciada para que, precisamente, los bajoaragoneses no tengan que seguir marchándose de sus pueblos; por conseguir una reconversión real de la cuenca minera turolense y por apostar decididamente por los recursos endógenos que nos identifican. Apoyar las iniciativas emprendedoras capaces de generar empleo y empoderar nuestros valores y presionar para que los proyectos comprometidos a todos los niveles no queden en papel mojado son aspectos vitales. Para ello, la voluntad política y la conexión entre territorios es fundamental.

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