El crecimiento turístico de la comarca del Matarraña ha sido un éxito basado en la labor conjunta y sin estridencias de agentes políticos, empresariales, educativos, turísticos y sociales de diversa índole durante dos décadas. Las inversiones realizadas en esta comarca y el entendimiento de sus municipios a través del nexo de unión de la institución comarcal es ejemplar para muchos territorios de Aragón que todavía no han sido capaces de desestacionalizar sus proyectos de desarrollo municipales y desligar intereses particulares. Esta labor turística, combinada con bastante agudeza con los usos económicos tradicionales como la agricultura o la ganadería, ha permitido realizar inversiones turísticas de calado proyectadas atraídas por inversores extranjeros que han posicionado a este territorio en un radio de acción internacional.

La salida de la pandemia en busca de entornos naturales amables fue una explosión turística nunca vista que hizo reflexionar a los habitantes de este territorio acerca del modelo turístico a seguir, incapaces de abarcar una demanda desbordante que llevaba a desprestigiar una marca que ha supuesto tanto trabajo conjunto en torno a la calidad, así como intensos debates en los que se han ido resolviendo diversos conflictos.

El Matarraña reacciona rápido siempre y en un corto espacio de tiempo han comenzado a trabajar en la desestacionalización y en la consolidación de un tipo de turismo basado en el «bienestar», que no sea invasivo. Esto, sin duda, implica un difícil equilibrio entre precios, perfiles de visitantes y tipos de promoción, pero ha de ser consciente nuestra tierra de que la forma de competir desde el medio rural nunca será la cantidad, sino la calidad.

Este es el modelo a seguir y no sólo el Matarraña, sino las comarcas cercanas cuyo turismo recibe positivas influencias de los matarrañenses. Los empresarios turísticos presentaron ayer el proyecto ‘Matarraña despierta el alma’, que avanza en esta dirección de una manera audaz y en la que sin lugar a dudas volverán a ser referentes en poco tiempo. Compaginar la vida de sus propios habitantes, crear empleo de calidad, asentar población y permitir que el entorno siga siendo disfrutable para todos es un reto en el que se impone el camino basado en un desarrollo acordado por la mayoría de los que habitan nuestros pueblos.

Editorial.