En tiempo de incertidumbre, solo el cambio es lo que seguro que pasará. La naturaleza, ejemplo de todo, nos somete a un continuo cambio con en el paso de los años. Nos hacemos mayores día a día, y pensamos diferente un mes de otro. O sea, que hay que cambiar. Unos dicen actualizarse, otros que han visto la luz, otros que estaban engañados. Solo los ingenuos se sorprenden del cambio propio y ajeno, y solo los lerdos dicen que no cambia nada. Pues sí, cambiar es de sabios.

Llevo años explicando de una y mil formas el Compromiso de Caspe y el Interregno en la Corona de Aragón. He observado que la gente se arma taco con los estados, se confunde con los pretendientes y baraja con desorden a los compromisarios. Desde luego se olvida del proceso que fue lo más importante, incluyendo la Concordia de Alcañiz, claro. Hay que cambiar el relato.

En un acto de homenaje del Trabajo Social a mi cuñada AHR me pidieron que explicara a un culto auditorio las concomitancias entre el Trabajo Social y el Compromiso de Caspe. Creo que los trabajadores sociales ejercen el Compromiso del siglo XXI con la Sociedad, pero ¿y el Compromiso de Caspe?…había que explicarlo en dos minutos.

Así que acudí a las matemáticas de andar por casa y ofrecí una especie de formula, sin logaritmo ni algoritmo, que la entendiera todo el mundo y se acordara: 0-369=1. Traducida quería decir: Cero, o sea no había rey y no había sucesión reconocida, Tres eran los estados descabezados, Aragón, Cataluña y Valencia. Seis eran los ambiciosos pretendientes que mandaron a Caspe embajadores para demostrar sus derechos. Nueve fueron los compromisarios que tras estudio votaron en derecho y conciencia. Y el uno es el resultado, ¡Viva el nuevo Rey de Aragón! Conté el proceso, que fue más «procés» que las comedias actuales, y mira por donde la fórmula ha hecho fortuna y todo el mundo se acuerda y me la repite como con agradecimiento por haberle hecho un favor histórico. Ya se acordarán siempre. Alguno hasta se la ha puesto como clave para el móvil o la Visa.

Miguel Caballú