Si de algo se ha hablado en esta semana es de que Ana Obregón vuelve a ser madre, el tema como es costumbre en España, ha reabierto el debate sobre la gestación subrogada. Debate confuso y profundo en el que los políticos han mostrado posturas contradictorias en los últimos años, eso sí, tanto antes como ahora cuando han defendido lo mismo y lo contrario, lo han hecho impostando su postura como si fuera la verdad absoluta, faltaría menos…

Me reconozco un completo ignorante en el tema y pienso que, en asuntos de este tipo tan delicados, las leyes se deben impulsar desde de criterios humanos y sanitarios, más allá de la retahíla de filias y fobias partidistas habituales. En el caso citado de Ana Obregón, por un lado, veo como otros muchos, que me puede parecer egoísmo por su parte, que vaya cosa comercializar con alguien que no puede elegir si quiere o no ser portada de ninguna revista etc y por otro lado veo, que también es cierto, que otros famosos lo han hecho y nadie ha dicho nada y hasta cierto tufillo machista. Cuando el simpatiquísimo padre de Julio Iglesias quiso tener un hijo con noventa años hizo mucha gracia y no hubo ningún debate sobre la edad del progenitor y eso que falleció cuando el bebé tenía apenas un año. Nos quejamos durante años que la Iglesia metía las narices donde no le llamaban y ahora hacemos juicios públicos con una ligereza asombrosa.

No sé, es una amalgama de sensaciones que me causa cierta angustia, viniendo algo de Estados Unidos no dudo que habrá primado lo de siempre, el dinero, bueno, en Estados Unidos y en todos los lados para que engañarnos y nada más me imagino a mujeres pobres que son utilizadas poco menos que de portadoras de bebes de los que serán madres, pero no podrán ejercer como tal, la industrialización y comercialización de todo lo habido y por haber, sin límites.

Tal vez me estoy volviendo con el tiempo más conservador y resalto valores más tradicionales, pero no me convence toda esta historia y me parece que puede tener unas consecuencias absolutamente devastadoras a largo plazo para mucha gente, el grado de desnaturalización de las cosas, el que vayas a x país pagues a alguien porque tenga un hijo y luego te lo entregue, ciertamente me causa algún escalofrío pensarlo y tal vez esté equivocado e insisto deben ser expertos médicos o psicólogos los que ayuden a legislar sobre el tema y no los que de todo hablamos y de nada sabemos, pero la manida excusa de la libertad me parece muy relativa, no todo en la vida consiste en hacer lo que nos de la real gana, llámenme antiguo, pero en ciertos temas me gusta que existan líneas rojas infranqueables.

Víctor Puch. Sal en la herida