Hay una discusión sobre la utilidad de poner una oficina para promover el español en Madrid, y yo digo: ¡Ya era hora! La propuesta yo por primera vez la escuche del Sr. Carmona, candidato a la alcaldía por el PSOE hace unos años, donde la cultura estaba en manos de una podemita fanatizada que se dedicó únicamente a buscar placas, vestigios franquistas para hacerlos desaparecer y calles para cambiarles de nombre creando desasosiego en el vecindario por los trastornos que ocasiona sí tienes un negocio, una empresa, por ejemplo.

Madrid fue la capital, el centro administrativo y cultural de un imperio que llevó el español y la cultura greco-romana, cristiana, a un continente, que fue una potencia durante tres siglos, en Madrid nos dejó: el Escorial, el Palacio de Oriente, el Prado, la Biblioteca Nacional, el Museo Naval con la documentación de las gestas y los descubrimientos navales, la RAE…

El español que hablan más de quinientos millones de personas, es el segundo idioma más estudiado del mundo como segundo idioma en los últimos años, yo viví como la demanda de profesores de español en las escuelas alemanas se incrementaba y no la podía satisfacer la administración, el español genera riqueza, trabajo, y mueve a millones de personas que hay que «acercar» a España, hay que restituir la capitalidad del idioma, de la cultura hispánica a Madrid, además, el idioma, nuestro español, es uno de los andamiajes, de la estructura que vertebra y sostiene nuestra nación, por eso es atacado con saña, implacablemente por los enemigos de la misma, de donde ya está «desterrado» en la mitad de su territorio y, el gobierno de la nación intenta diluirlo, desfigurarlo, usando una jerga indefinida para desorientar a todos, todas y todes y formar unas generaciones aborregadas, ganado fácil de someter y manejar.

Hay una labor ingente por delante, Sr. Cantó, empiece ya, porque si no lo hacemos nosotros lo harán otros, Méjico, por ejemplo. Le deseo mucho éxito.

José Andrés Lop Moliner. Correo del lector