En un país como el nuestro que no tiene por costumbre enorgullecerse de muchos elementos en común, pese a que los tiene, ha sido siempre el sistema de sanidad pública un referente para hablar de algo que nos situaba al nivel de los países más desarrollados del mundo, el esfuerzo de sus trabajadores, los hospitales y sus medios, los centros de salud que fueron salpicando toda la geografía de punta a punta y todos los componentes que fueron engrosando las filas de un sistema público de salud como el español, un viaje que se institucionalizó hace ya más de un siglo y que siempre ha sido de mejora.

De eso no tenemos dudas casi nadie, de hecho, hasta hace unos pocos años que empezaron recortes presupuestarios, nadie nunca se había atrevido a devaluar el sistema. Pero sería engañarnos no recordar lo que viene aconteciendo en los últimos años en la zona, donde si de verdad contra la lógica propia de la evolución de las cosas, hemos empeorado.

La falta de personal y de especialistas es grave, la saturación del hospital de Alcañiz, evidente y la precarización del servicio en muchos pueblos también es palpable. Estas reclamaciones ya empiezan a envejecer y lo están haciendo bastante mal, el nuevo hospital prometido desde tiempos impertérritos parece estar transitando la vía dolorosa con la cruz a cuestas, en lugar de asumirse por parte de los que mandan que es algo necesario y urgente. Pero a todos estos factores que escapan al entendimiento de muchos de nosotros, debo decir que hay partes del personal que parecen estar casi tan enfadados como nosotros por estar en la zona…

Algunos dirán que es meterme en camisa de once varas, pero lo digo como lo siento, he expresado todo mi apoyo y respeto para la inmensa mayoría del personal sanitario, pocos gremios en este país pueden presumir del respaldo que tienen y si no se lo creen, mejor no se comparen con otros, pero incluso desde esa simpatía y admiración que tantos les profesamos, hay que reconocer que por h o por b, se están produciendo algunos episodios que creo se deben manifestar. No viene ni de hoy ni de ayer lo que cuenta, ni de un caso aislado, son muchísimos casos y desde hace bastantes años, pero tengo que decir que parte de la atención que se recibe en las urgencias de algún centro de salud es muy deficiente, porque a veces parece que la pretensión es despacharte rápido más que despacharte bien, tal vez influya el contexto, pero no son pocos mis paisanos andorranos o de otras localidades que puedan dar fe, de casos graves mandados a casa con un ibuprofeno o un paracetamol, ojo igual que hay innumerables casos de magnifica atención. No somos médicos y no sabemos cómo ellos, pero si llevas el coche al taller y la reparación no va bien, también te quejas. Hace falta más personal y también hace falta que nadie esté a disgusto donde esté, pues el cuidar y curar a otras personas puede que sea la más grande y loable de todas las responsabilidades.

Víctor Puch. Sal en la herida