Hace ya casi dos meses de mi último artículo ordinario en esta sección y parece que hace un siglo. Justo el día antes de la primera declaración de estado de alarma, escribí un texto que un día después, ya estaba obsoleto. Cada vez, éramos más conocedores del enemigo Covid-19 y empezábamos a concienciarnos y cambiar drásticamente nuestros hábitos. Han sido momentos de tensión y desconocimiento, donde los ayuntamientos hemos dado lo mejor de nosotros mismos, para contribuir a que el confinamiento fuera lo mas llevadero y seguro posible.

El comportamiento de los municipios e instituciones más ligadas al territorio ha sido de gran seriedad y compromiso, han mostrado una mayor unanimidad y respeto que lo contemplado en el Congreso de los Diputados. Aun así, tenemos que seguir concienciandos y predicando con el ejemplo, ya que en estas fases de desconfinamiento, los riesgos de contagio se multiplican. Hace muy buen tiempo, podemos pensar en relajarnos y bajar la guardia, pero eso sería un error, que puede llegar a ser mortal.

Los ayuntamientos tenemos que seguir en nuestro alto nivel de acción y sobre todo, mantener un mensaje inequívoco sobre lo que no se debe hacer. Sé que muchas veces nos toca parecer los malos de la película, los que estamos cortando el rollo o lo que estamos asustando demasiado y que no es para tanto, pero estos dos meses nos han demostrado, que esta pandemia ha superado cualquier previsión lógica y que mata por miles, por tanto, toda información y concienciación nunca es suficiente.

Como humanos, el cuerpo nos pide pensar en piscina, en las fiestas del pueblo o en ir a la playa, pero tengamos claro que en mucho tiempo las cosas no van a ser como antes. Por favor, con la desescalada del confinamiento, hagamos una superescalada de concienciación.

Pedro Bello – GANAR La Puebla de Híjar