Si alguien dispone de medios que puedan salvar la vida de otros, está obligado a utilizarlos, por ética y por caridad (que viene de corazón). Las instituciones adaptan sus protocolos sanitarios día a día no por la lógica sanitaria, sino de acuerdo con la disponibilidad de medios. Primero no hacían falta las mascarillas, porque no había. Luego se ha enviado a casa a enfermos que han prosperado positivamente para liberar camas. Después se criba a los contagiados según la edad y patologías, mientras no haya retrovirales y respiradores para todos.

Lo peor ha sido lo ocurrido con las residencias de ancianos. No se establecieron protocolos previos, pero luego se comenzó una caza de brujas contra ellas, con acusaciones gravísimas azuzadas desde las portavocías ministeriales y algunos medios de comunicación. No se dotó ni se obligó a dotar de sistemas de protección a los cuidadores, sanitarios y residentes, bien por negligencia, bien por falta de medios, lo que facilitó el contagio y la propagación del virus entre un sector de la población especialmente vulnerable. En la fase avanzada no se han aplicado test de detección donde ya se había introducido el contagio y, para colmo, una autoridad sanitaria dice que no tomarán en consideración los test que, con arduo trabajo, ha conseguido el Ayuntamiento de Valderrobres, con el único objetivo de intentar salvar todas las vidas posibles, también las de las personas de más de 85 años. ¿No será que para algunos el relativismo les lleva a pensar que hay unas vidas que valen más que otras?

Pero en realidad es indiferente que el Gobierno de Aragón tome o no en consideración los test. Lo grave es el desdén. Una vez se hayan sabido los resultados, se podrá actuar y tal vez se puedan salvar algunas vidas. Al final sabremos cuánta gente ha muerto por la Covid-19, llevo muchos años estudiando la incidencia de los brotes epidémicos en la historia y aplicando la CMR (siglas en inglés de «Ratio de Mortalidad de Crisis»), así que, al margen de lo que ponga en los certificados de defunción, solo habrá que comparar todos los fallecidos en el mismo periodo de tiempo estudiado entre este año y los anteriores y la resta nos dará el resultado. Solo es cuestión de tiempo.

Manuel Siurana