La situación sanitaria del sector hospitalario de Alcañiz es la más complicada de todo Aragón junto con la de Teruel. Los datos siguen siendo preocupantes, aunque en el caso de Alcañiz capital los contagios hayan ido descendiendo en los últimos días. Las cifras de positivos continúan despuntando respecto al resto de la comunidad autónoma y, una vez descartada la presencia de la variante británica del virus, queda claramente manifiesto que los contagios se deben de forma categórica al incumplimiento sistemático de las medidas sanitarias establecidas para evitar la propagación del virus. Resulta verdaderamente preocupante a estas alturas, tras un mes registrando cifras escalofriantes y el hospital colapsado, que las intervenciones policiales sigan notificando propuestas de sanción por la falta de uso de mascarilla, desarticulando fiestas ilegales (una en Alcañiz y otra en Valderrobres) y multando por faltas de respeto a la autoridad inadmisibles (desde insultos hasta escupitajos) Aunque la mayoría cumple, la mínima relajación en cualquier reunión social genera brotes que afectan a familias enteras, empresas y grupos de amigos. El confinamiento perimetral de Alcañiz va dando resultados y debe prolongarse dada la irresponsabilidad de muchos. Si bien pagan justos por pecadores, debemos aprender de esta circunstancia a no mirar hacia otro lado cuando alguien se salta las normas. Es algo que sucede de forma constante y que nos ha traído hasta aquí. La polémica generada en torno a la cancelación de los dos festivos escolares por el jueves Lardero ha vuelto a constatar lo difícil de la situación. Resulta sencillo para el común de los mortales que esos dos días festivos se anulen. Pero pese a la propuesta del ayuntamiento, por ahora numerosos miembros del sector educativo no están de acuerdo con anular los dos festivos (pese a que se quieran sustituir por los dos días perdidos a causa de la borrasca Gloria). Resulta preocupante que no exista consenso en esto cuando las restricciones afectan a prácticamente toda la población que está realizando esfuerzos sanitarios, sacrificios económicos, sociales y empresariales sin precedentes. Los puentes festivos están constituyendo un verdadero problema para la contención de la pandemia y, dadas las cifras actuales, sería lo más responsable sustituir esos días por otros en el calendario. El Choricer es una tradición local, no un festivo municipal ni oficial, en el que la responsabilidad individual es clave. Por eso también desde el tejido asociativo se  debería promover evitar el tradicional cierre de empresas para que los vecinos vayan a comer al campo en familia el próximo jueves. Ojalá hoy en el consejo escolar se tomen las decisiones unánimes y de sentido común necesarias. Todos tenemos que ser generosos para conseguir parar esta situación. Llegados a este punto, parece inevitable la extensión en el tiempo de todas las medidas que impliquen evitar contacto social y reuniones en interiores con o sin mascarilla; incluido el confinamiento perimetral. De hecho, varios brotes que se han producido en los pueblos de alrededor tienen su origen en contactos con el entorno de Alcañiz. Sin decisiones solidarias tardaremos mucho en salir de esta. 

Editorial