Nací en Drancy, a 9 km de la Basílica del Sacré Coeur. A mi madre le encantaba París.

Nací en Drancy, a 23 años de distancia del campo campo de tránsito; un lugar donde pasaron 70.000 personas, de las cuales 65.000 fueron a parar a Auschwitz y Sobibor. Un lugar, Drancy, donde estuvieron la mayoría de judíos franceses, homosexuales e indeseables; suerte que nací 23 años después, porque ¿quién sabe si me hubiesen o nos hubiesen tomado por indeseables, ya que nosotros en aquel entonces éramos españoles? Nací en Drancy, nací extranjero, era español, el español, los españoles. Los españoles somos muy dados a sentirnos orgullosos de nuestros paisanos más destacados; los franceses también lo están de los suyos. Ya puestos en el tema, voy a citar unos cuantos de los que se sienten orgullosos muchos franceses. Empezaré por unos cantantes: Moustaki, Claude Francois, Brel, Manu Chao; es curioso que ellos no nacieron extranjeros o, por lo menos, con el paso del tiempo, se le olvidó a toda la población y, qué vamos a decir de la selección francesa de fútbol que ganó el primer mundial para Francia: se reconvirtieron en auténticos franceses, y Zidane, por citar al más conocido, ¿ya no es un pied-noir? Es increíble lo que lleva a hacer el patriotismo. Y por el amor a la patria, mi familia decidió volver a España. Nos instalamos en una pequeña ciudad de la provincia de Barcelona y, al fin, pude ser francés, el francés, los franceses.

En aquellos momentos yo me dedicaba a jugar; qué más daba ser francés o español; yo vivía en una casa en que se hablaban tres idiomas simultáneamente y no teníamos ningún problema de comunicación, al revés, era divertido y enriquecedor. Me fui a vivir a Zaragoza y pasé a ser catalán. Es curioso, el tema se volvía a repetir, y encima tenía ya tres nacionalidades o más, según se mire: francés, gabacho, español, catalán y polaco; eso es la hostia, porque yo no me siento de ningún lugar en concreto, simplemente son los demás que me ponen en un sitio según convenga; bueno, me olvidaba que cuando voy a la ciudad de mi adolescencia, soy maño.

«Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si no, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío».

Albert Einstein.

Ángel Fernández Balach. Asomado a mi ventana