La pandemia del coronavirus ha demostrado cómo en el medio rural las redes de apoyo social son firmes y hacen más sencillo sobrellevar una situación muy complicada para los más vulnerables, especialmente nuestros mayores. La solidaridad inmediata entre vecinos y trabajadores de los servicios más básicos está permitiendo que el encierro sea más llevadero. Aún así, resulta muy difícil contener el tránsito de personas acostumbradas a vivir en el entorno natural y al aire libre. Las dudas son todavía tremendas, pero tan solo es necesario aplicar el sentido común para responder: no se puede salir de casa a no ser que sea estrictamente imprescindible y, por supuesto, no entrar en contacto con otras personas ni con objetos que otros hayan podido tocar. Se debe realizar la compra una sola vez con todo lo necesario, y no salir de casa con la excusa de varios recados; no se puede ir de paseo al masico y a regar, ni tampoco compartir el coche para acudir al centro de trabajo. En este sentido, en el laboral, la situación es tremendamente difícil para nuestras empresas, la mayoría pymes que siguen trabajando para no perder dinero. Los sanitarios se muestran realmente preocupados por el importante tránsito de personas, que aunque se reduzca al ámbito laboral y de servicios básicos, sigue siendo importante. El perfil de población de nuestro territorio, con más de un importante porcentaje de mayores de 65 años, debería provocar que las medidas fuesen extremas. Sin embargo, es el Gobierno el que debe tomar la decisión de que las empresas paren para detener la propagación del virus, más allá de la responsabilidad individual en la que entran en juego numerosos factores. Las medidas económicas anunciadas van a paliar sin duda los enormes daños a los que se van a enfrentar las empresas de nuestro territorio en unas fechas claves, ligadas a la Semana Santa, para la econoía bajoaragonesa.

Facilitar ERTEs así como la rectificación hecha pública ayer para que los autónomos puedan cobrar paro con el 70% de la base de cotización ha sido clave para que muchos puedan decidir parar y, por tanto, contener una situación económica y sanitaria extremadamente peligrosa en nuestro medio rural. En este sentido, también ha sido importante la aclaración realizada al sector agrícola considerándolo como esencial para evitar el desabastecimiento, así como las medidas tomadas para proteger a los más vulnerables eliminando tasas municipales, paralizando cuotas de hipotecas o facilitando la liquidez de los ayuntamientos. El recorrido va a ser largo, todo lo que nosotros queramos bajo nuestra seria responsabilidad de no salir de casa. Asumirlo con responsabilidad para evitar muertes y el colapso del hospital comarcal es la prioridad absoluta, que nadie lo olvide.

Editorial