Las ferias en nuestros municipios se han ido consolidando como un espacio de promoción de los productos locales, convivencia y conciencia local. Tras un periodo en el que muchas desaparecieron o se vinieron a menos, otras han ido revitalizándose con nuevos enfoques que les han permitido no sólo atraer a personas de fuera del municipio sino unir a los propios vecinos de la localidad. Las ferias temáticas, aprovechando los recursos endógenos de cada pueblo, son un ejemplo de cómo se debe apostar por la economía local sabiendo dar valor a lo que creamos en nuestra propia tierra, acercándolo a los habitantes del territorio y facilitando vías de intercambio para un tipo de comercio que, además de contar con productos sostenibles y de calidad, crea comunidad. Buena muestra de ello han sido las ferias de nueva creación en el Matarraña, con una feria por municipio prácticamente; o la Feria de San Miguel de Calanda, que ha vuelto a la localidad tras 70 años uniendo al comercio local en toda su amplitud, con la agroindustria que en este inicio de otoño destaca por la campaña del melocotón. Precisamente en este punto, es un acierto conseguir dar visibilidad al melocotón embolsado de Calanda de la mano de sus embajadores, nombrados en esta cita. El periodista deportivo y presidente de honor del Diario As, Alfredo Relaño, dio el relevo a la anterior embajadora, Mireia Belmonte. El anterior embajador, el exseleccionador nacional Vicente del Bosque, estuvo también presente y se han establecido interesantes sinergias junto a él, como el campus de fútbol. Unir sus figuras a las del melocotón es una buena iniciativa, al igual que cualquier paso que permita ilusionar a los vecinos y lograr que crezca su confianza en el valor de lo que guarda su territorio, en este caso unos melocotones excepcionales además de una cariñosa hospitalidad.

En este sentido, cabe destacar también el esfuerzo realizado por todas las personas que han intervenido en la recreación del Regreso del Comendador de Mas de las Matas. Esta cita, de carácter histórico, ha sido multitudinaria y es otro claro ejemplo de dinamización rural que arrastra a través de una cita cultural la alta participación e intercambio social de uno de los principales municipios de la comarca del Bajo Aragón. Se avecinan varias citas de este tipo, cabría pedir, eso sí, que no se solapen entre ellas para que los bajoaragoneses puedan disfrutar de todas ellas.

Editorial.