Que follón con las renovables. En pleno pico histórico del precio de la luz y ante los problemas de suministro de otros recursos energéticos, aquí aún debatimos sin parar sobre cuál es la mejor forma de producir energía. Hoy en día, las empresas quieren hacer caja a base de colocar macro instalaciones de eólica y fotovoltaica. Estas son las más discutidas, las que van acompañadas de más polémica, ya que da la sensación de que quieren colocarlas en las zonas más deprimidas y desfavorecidas por la economía.
Parece que vienen a salvarnos la vida o a «destruirla» y, mientras tanto, hay quienes intentan aprovecharse de la situación «sacando tajada» de conflictos entre pueblos y vecinos. Ayuntamientos pequeños y alcaldes que son más vecinos que políticos se encuentran con proyectos enrevesados a los cuales no pueden hacer frente. Asociaciones, vecinos y pequeñas empresas se sienten atacados por mega empresas con equipos enteros de abogados. Es normal que, ante tal panorama, nos podamos sentir solos y abandonados. En este marco hay que reconocer el trabajo de asociaciones del territorio que llevaban meses peleando por lo que ellos creían.

Pero también es justo decir que el Gobierno de Aragón o la Diputación de Teruel se han puesto del lado de los territorios, diciendo que tienen todo el derecho de decidir si quieren o no renovables. Y en el marco de sus competencias, nunca han sido un problema sino más bien un apoyo para quienes se han mostrado contrarios a los parques de renovables (también de quienes están a favor).

Lo que queda claro, pese a todo, es que el sí a las renovables es rotundo. Solo parece haber un camino, y así lo entienden también nuestros socios europeos. Lo que no queda claro es el cómo. Mega centrales, comunidades energéticas, autoconsumo, eólica, solar, hidráulica… Quizá hace tiempo que se tendría que haber diseñado un plan y una vertebración de territorios adecuada a cada zona, pero hay que reconocer que legislar sobre un tema complicado y de competencias diversas no es fácil. Ahora ya se dan pasos significativos, como el Pacto por la Energía que impulsa el Gobierno de Aragón con la participación de diputaciones, sindicatos, la universidad o los empresarios, que apuesta por desarrollar las llamadas «comunidades energéticas locales».

Por último, decir que en la manifestación del pasado 13 de marzo el mensaje quedó claro aunque algun@ cuando llegó no se acordaba que su sitio era al final de la manifestación, como buen representante público y no en primer plano buscando protagonismo y la foto para el recuerdo. Solo el tiempo nos dirá si no os equivocamos o no con la postura que estamos adoptando.

Isel Monclus. PSOE Calaceite