Casi trescientos jóvenes de entre 16 y 29 años participaron ayer en la feria virtual de empleo impulsada por la Cámara de Teruel para ayudar a los jóvenes del territorio a orientar su futuro laboral. La iniciativa contó con una asistencia que superó las expectativas, lo que supone un buen indicador respecto a la iniciativa de los estudiantes así como su interés por trabajar en el territorio. La feria contaba también con la asistencia de 14 empresas que exponían sus necesidades laborales y los jóvenes podían preguntar sobre sus principales dudas. Este tipo de espacios de encuentro son fundamentales para que se puedan relacionar estudiantes con el tejido empresarial provincial y resolver así las necesidades de ambos. En la cita participaron alumnos del programa PICE (Programa Integral de Cualificación y Empleo) de la Cámara de Comercio. Se trata de un plan de cualificación que ofrece formación y seguimiento para el empleo de forma muy específica, abarcando áreas técnicas que no se encuentran en otros centros reglados. Desde el inicio del programa en 2015 se han realizado más de mil acciones formativas.  

En el encuentro virtual de este jueves también participaron alumnos del centro de Formación Profesional Bajo Aragón. Siguieron la cita desde el salón de actos del instituto en una pantalla gigante y hubo una gran acogida. Precisamente este centro ha cumplido diez años y esta semana lo ha celebrado dando visibilidad a la labor que realizan durante todo el año. El trabajo vocacional e incansable de los profesores; sus técnicas educativas innovadoras, y su capacidad para motivar a alumnos en buena medida desilusionados con su etapa educativa debe ser aplaudida. Su labor permite año a año dirigir el futuro de decenas de jóvenes que encuentran orientación y empleo de forma rápida, arrojando luz sobre su futuro. La valorización de la formación profesional y la gran capacidad de estos alumnos es clave para que la formación profesional crezca y se ajuste a la demanda del mercado. Algunos alumnos completan su formación con programas como el PICE, y apenas hay paro entre quienes proceden de los ciclos formativos.

Para construir un medio rural de futuro es necesario que los jóvenes encuentren formación y empleo de calidad ligados al territorio. En este sentido, la colaboración entre centros de formación y asociaciones que representan a las empresas es fundamental. Esta vía de trabajo encaminada a unir conocimiento técnico con las necesidades de las industrias más cercanas debe seguir avanzando para cosechar éxitos en el futuro. Que nuestros jóvenes encuentren empleo, puedan asentarse en el territorio e independizarse para construir su proyecto de vida está ligado al progreso de nuestros pueblos, y eso nos conciernen a todos.

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