Pasado un periodo donde la actividad se redujo prácticamente a niveles de suelo, ha vuelto a coger marcha y empezábamos a sacar la cabeza, pero nos aparecen dificultades, quizás desde el ámbito global, que incluso nos trasladan muy lejos de las soluciones habituales que solemos tomar.

Ha comenzado un periodo de bastante reactivación de la actividad, dónde tras meses parados, se ponen en marcha gran cantidad de obras e inversiones en nuestros pueblos y cuando de verdad empiezan a llegar subvenciones, desde las instituciones superiores, creando un volumen de trabajo extraordinario, surge a la par el problema de la saturación de los gremios habituales que trabajan en nuestra provincia, ya que no llegan de ninguna manera a las faenas y no se ven en condiciones de participar en la licitación de obras municipales, cuando antes eran una ocupación muy importante para ellos.

Muchas obras están quedando desiertas y se están poniendo duros los márgenes y además incluso, no se ve solución a medio plazo. Esto está retrasando la contratación y los ayuntamientos están yendo al límite de finalización dándose situaciones de angustia. Instituciones superiores como la Diputación provincial están ampliando plazos de ejecución de manera urgente, para no llevar a los ayuntamientos al conflicto, incluso ya algunas subvenciones, se sacan de manera que cubran dos anualidades y permitan organizarse a los consistorios.

Por no hablar del famoso problema con el suministro de según qué materiales o de la subida alarmante de precios de algunos componentes, que además para mayor inconveniente, cambian de precio continuamente y nunca para mejor, por lo que es muy difícil que alguien se atreva a presupuestar algo. Es llamativo que problemas globales o mundiales fueran a llegar a incrementar el nivel de dificultad de gestión en el ámbito local, pero es así y ahora, es uno de los mayores problemas que nos encontramos.

Pedro Bello. GANAR La Puebla de Híjar