Tras la remodelación del gobierno llena de giros inesperados y dinamitando dirigentes que parecían de la máxima confianza del presidente, se constata una vez más que Pedro Sánchez juega a la política como los que ya solo se fían de ellos mismos, no conoce de lealtades personales y nadie de los que comen en su misma mesa, pueden estar seguros de que mañana repetirán. No lo aplaudo, lo defino, sin más.
En la mesa hay demasiados, casi no caben en el consejo de ministros, han tenido que llevar sillas adicionales porque es brutal la cantidad de ministerios que tenemos, y alguno sobra, exactamente sobran los que no ejercen funciones con la contundencia que requiere el momento.

¿Ejemplo? Puede ser Alberto Garzón, muy buen chaval y todo lo que quieran, se ha ido transformando en un Obama, grandes aspiraciones, pero todas sus medidas interesantes y necesarias a medio gas, como el tema de las casas de apuestas, obvio que creó unas expectativas desproporcionadas, eso se le puede perdonar, pero es que la ha pasado igual con la factura de la luz o con el desorbitado precio de los combustibles, ¿qué no puedes legislar cómo consideras porque eres minoría dentro del gobierno? Vale, pero dilo claro y ahórrate distracciones y ocurrencias, en un país que se desangra con abusivas facturas de la luz o en el que hacer subir la aguja de la gasolina cuesta cada día más y en el que no haces con decisión algo para cambiar eso, y si no puedes salte del gobierno y lidera una oposición de izquierdas, que tampoco tienes porque derrumbar al gobierno o serle desleal ya que la alternativa de la España que ruge en Colón te parece peor. Todo lo contrario transmite su compañera Yolanda Díaz que, aunque tampoco ha podido cambiar lo que deseaba, da ejemplo lidiando en primera línea, transmitiendo seguridad y buen manejo en el arte de la gobernanza, habiéndose convertido en una de las más valiosas piezas de larga mesa del consejo de ministros y a la que no reconocerle ciertas hechuras seas del pensamiento que seas es casi imposible.

Ejemplifico con Garzón, por ser más mediático que muchísimos que ni conocemos ni mucho menos sabemos de su labor. Sé necesita menos juego de tablero y un gobierno que gobierne con decisión, las criticas siempre van a estar, pero lo que no se podrá recuperar es el tiempo perdido en tomar medidas necesarias. La sensación es que abunda la falta de decisión y hasta ahora el mejor aliado del gobierno ha sido una oposición muchas veces desgastándose en temas secundarios, a veces hiper critica e incapaz también de articular alternativas viables, pero eso podría cambiar e incluso aunque no lo haga el país necesita de decisiones ya que la gente está muy ahogada por las dificultades económicas y por los bandazos de todos en la crisis de la pandemia. El terreno abonado para populismos, para mensajes simples y para que los problemas acaben empeorando.

Víctor Puch. Sal en la herida