Barcelona, 6 de junio de 2002. Hace veinte años, Mijaíl Gorbachov se adelantó a los tiempos y proclamó que Ucrania podría ingresar en la Unión Europea. Habían pasado solo 13 años de la caída del muro de Berlín. Un visionario. Cuando en estos días de guerra vemos el desfile en Kiev de líderes europeos comprometiéndose a apoyar una rápida incorporación de Ucrania a la Unión, es justo recuperar el testimonio del que fuera primer mandatario de la Unión Soviética.

La declaración se produjo en el contexto de una conferencia organizada por la empresa distribuidora Euromadi a la que asistían más de mil personas, clientes de la entidad, en el Palacio de Congresos de Pedralbes. Cartel inigualable: Helmut Kohl y Mijaíl Gorbachov. Propuse a los organizadores, como presentador de los ponentes, transformar aquellas conferencias en un debate. No se opusieron, aunque me advirtieron que en sus contratos ponía «conferencia» y no otra cosa. Pero aceptaron un diseño de mesa de dos alas con lo que quedarían los líderes casi frente a frente. El escenario estaba listo. Faltaba lo esencial: el acuerdo de los políticos.

Media hora antes del acto, con la ayuda de traductoras, les propuse por separado la idea. Gorbachov respondió enseguida: «No tengo inconveniente». Pero dijo señalando a Kohl, que estaba en el otro lado de la sala: «Dígaselo a aquel». (Me sorprendió el tono. Luego supe que se llevaban fatal y que incluso hubo tensión entre ellos en la cena del día anterior). Kohl me respondió casi molesto: «De ningún modo. En mi contrato pone conferencia». Mensaje recibido.

Comenzó el acto. Buscando siempre ese diálogo que parecía imposible, presenté al ex canciller alemán en primer lugar con tanta pompa como pude. Disertó complacido. Después habló Gorbachov y en un momento dado dijo: «El mundo que viene será muy distinto y la Unión Europea crecerá. Por ejemplo, ¿por qué Ucrania no puede formar parte en el futuro de la Unión?»

Kohl no pudo evitar removerse en su asiento y percibí que el ansiado debate entre ellos no era imposible. La comunicación no verbal del Canciller daba una pista.

Al concluir Gorbachov, di las gracias a los dos participantes y añadí solemnemente: «Hemos asistido a dos extraordinarias conferencias, que todos los presentes no olvidaremos. Gracias a estos dos personajes de la historia contemporánea. Vamos ya a concluir… aunque, si ustedes desean añadir algo más, algún comentario, tienen la palabra». ¡Por supuesto que Helmut Kohl tenia algo que añadir! Estaba en total desacuerdo con lo de Ucrania y así lo expresó. Gorbachov a continuación justificó la idea y el canciller alemán replicó de nuevo. Fue un magnífico debate de varios minutos impagables entre dos hombres que cambiaron la historia: Gorbachov desmontó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Kohl reunificó las dos Alemanias tras la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989. Ambos, autores de una obra de ingeniería política y económica sin precedentes.

En veinte años han cambiado los papeles. En Barcelona, en 2002, la entrada de Ucrania en la Unión Europea la proponía el líder ruso y se oponía el alemán. En 2022 el líder alemán Scholtz visita Kiev, en compañía de Macron y Draghi, para garantizar la incorporación de Ucrania. Y es el líder ruso, ahora Vladimir Putin, el que se opone, y hasta guerrea, para evitarlo. Especialmente para que Ucrania no entre en la OTAN. Ciertamente, el mundo ha cambiado.

Manuel Campo Vidal. Periodista