La Hospitalización a Domicilio es un servicio que se puso en marcha de forma pionera en 2015 y que es un ejemplo perfecto de la «elasticidad» de los hospitales periféricos. Este servicio se planteó como una solución propia a una necesidad evidente: facilitar la vida del paciente y descongestionar el centro. Medicalizar a enfermos en sus domicilios con un seguimiento exhaustivo ha permitido liberar camas, facilitar la vida de cientos de personas que han evitado traslados de decenas de kilómetros, y han podido estar en sus casas con sus familias. Durante la pandemia ha permitido medicalizar el hotel Ciudad de Alcañiz y la residencia el Santo Ángel para aumentar la capacidad de camas hospitalarias.

Esta medida tan sencilla es simplemente una respuesta basada en la gestión diaria y en saber entender las necesidades del medio rural. Fue impulsada por el propio centro, con autorización del Salud, pero sin este trabajo activo y coordinado de los profesionales que trabajan en el terreno sería imposible. Por eso la mejor forma de dar respuesta a los problemas que se plantan en las plantillas y sus servicios es escuchar las posibles soluciones. La saturación del Hospital, con el 90% de sus camas ocupadas ya algunos días, ha provocado que se plantee la paralización coyuntural de este servicio de Hospitalización a Domicilio, con la consecuente preocupación de médicos, enfermeras y pacientes. Que la respuesta de la consejera de Salud sea definir las informaciones que alertan de este riesgo como «alarmistas» es la mejor prueba de que no es consciente de la asfixiantes situación a la que se enfrentan muchos profesionales en su día a día. Conseguir que se sientan aliviados, mantengan su vocación viva, y ofrezcan un servicio de calidad que permita mejorar el día a día es clave para poder avanzar en una sanidad sin agravios para nuestros ciudadanos del medio rural bajoaraogonés.

La reestructuración puntual de este servicio esencial es un parque. Resulta inadmisible que un internista deba retrasar su baja paternal para poder dar cobertura al servicio, tal y como sucedió este miércoles. No se ha ofrecido ninguna solución en cinco meses, y desde Alcañiz se buscan facultativos debajo de las piedras, tanto en Aragón como en otras comunidades autónomas. Y sí es alarmante que tantas especialidades estén bajo mínimos, porque los médicos se queman y porque los pacientes están siendo derivados a Zaragoza, con el consiguiente periplo de consecuencias y costes de todo tipo que conlleva. Es inadmisible que la única respuesta sean soluciones temporales como «contratos mixtos» que implicarán que, aunque temporalmente se salve la situación, nos mantengamos de forma constante en al filo de lo imposible. Urgen soluciones eficaces.

Editorial.