Llevamos ya unos días en los que el precio de la energía, los carburantes y la comida se han disparado de una manera vertiginosa. El estallido de la guerra y la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha acelerado él proceso inflacionista de escalada de precios que veníamos sufriendo desde la crisis de suministros provocada por el COVID.

El Gobierno insta a la moderación salarial con el IPC en el 7%, mientras las grandes empresas siguen obteniendo unos beneficios millonarios con cifras récords, y cuando de facto desciende el poder adquisitivo de la clase obrera, al no cubrir las mejoras salariales él incremento del precio de la vida.
También hemos escuchado como dirigentes europeos realizaban declaraciones en las que pedía a la población europea la reducción de la temperatura de climatización en los hogares para depender menos del gas proveniente de Rusia y así tener una menor dependencia energética.

A parte de ridículas y obscenas, estas propuestas no servirán para nada hasta que no se plantee la intervención del mercado energético y se fijen precios tope de productos básicos (como ya se hizo con otros productos durante la pandemia).

Se debe poner fin al sistema marginalista para él cálculo de las tarifas eléctricas, donde toda la demanda energética queda marcada por el precio de la última forma de producción que entra en el mercado, habitualmente suelen ser las centrales de gas, que finalmente es la que pone precio a nuestra factura de la luz.

Antes de pedir moderación salarial, el Gobierno de España debería redoblar esfuerzos con sus socios europeos para terminar con este sistema injusto, que está afectando a la vida de la gran mayoría de familias, tensionando a pequeñas empresas y autónomos, paralizando producciones de industrias esenciales, y que a la larga puede llevar a la ruina a muchas economías europeas.

Podemos ahorrar en el consumo de gas, tener en Aragón el mayor porcentaje de generación de energía renovable del país, producir casi a coste cero con la hidráulica, pero mientras en el mercado europeo entre un solo MW de gas, seguiremos pagando el chope a precio de ibérico.

Daniel Palomo. GANAR – IU Alcorisa