Alcañiz confinada y algunas localidades del Bajo Aragón y Matarraña que, en el último mes, han superado con creces los 1200 casos por 100.000 habitantes. Se pone el foco en los irresponsables que no siguen las normas, una minoría, y algunos responsables políticos extienden la sospecha y culpabilizan a toda la población, diciendo que la solución «depende de la ciudadanía», una verdad, o mentira, a medias, como la de «hay que elegir entre salud y economía». Es una muestra de lo que Taleb llama la ingratitud hacia el héroe silencioso, esa mayoría de ciudadanos que tratan de seguir las normas lo mejor que pueden, día a día, con tanto sacrificio.

En Salud Pública es imprescindible la concienciación, el compromiso y la cooperación de la población, pero son las autoridades las responsables de promoverlas y reforzarlas, empoderando a la ciudadanía desde la claridad en la información y la transparencia en la gestión. Culpabilizar, amenazar y penalizar a la población no es la mejor manera de lograrlo. Sobre todo, cuando las autoridades son los primeros irresponsables:
Irresponsables porque, aunque no hay indicador sanitario, económico o social que apruebe la gestión del Gobierno, no han querido someterse a la evaluación independiente para subsanar aquello que no funcionaba.

Irresponsables por no haber buscado un consenso amplio en la toma de decisiones que uniera a la población y, en cambio, haber profundizado en cuestiones políticas que la separan.

Irresponsables por parapetarse detrás de un inexistente «comité de expertos» para tomar decisiones arbitrarias, por no haber destinado más medios a rastrear, a test diagnósticos y a medidas de protección en entornos específicos.

Irresponsables por destinar grandes sumas del presupuesto a asesores innecesarios y acciones políticas irrelevantes, mientras dejaban atrás, sin ayudas reales, a pequeños y medianos empresarios, y a desempleados.

Aunque, en una democracia cada uno es responsable de sí mismo, el bien común, el de la comunidad, debe ser el objetivo de la acción de los gobiernos, y, aquí, ciertas autoridades son ejemplo de irresponsabilidad.

Luis Esteban – CIUDADANOS Calanda