Aragón ha sufrido un maltrato histórico con las infraestructuras de comunicación. Recientemente se inauguró el tramo de autovía entre Figueruelas y Gallur. Se cumplía así una reivindicación de más de 30 años de antigüedad para que se desdoblara la carretera de Logroño. Ahora se han abierto los 14 kilómetros hasta Gallur. Se espera para finales de 2022 los otros 14 pendientes hasta Mallén.

Se ha conseguido gracias a la fuerte reivindicación de ayuntamientos y vecinos de esas comarcas ante el elevado número de muertes que se han producido. Han fallecido 30 personas en los accidentes en esa zona desde 2009. Más de la mitad han sido de dos pueblos: Mallén, con 10 muertos, y Pedrola, con 8. En ese período ha habido también 4 víctimas de Luceni, otras 4 de Gallur, 3 de Magallón y 1 de Boquiñeni. 

En Navarra hace tiempo que desdoblaron su tramo de la Nacional 232, con un recorte de un 80% en el número de víctimas mortales. Todo un ejemplo de esta España nuestra asimétrica, desigual y, muchas veces, injusta.  El Informe Eurocap, en el que participa el Real Automóvil Club de España -RACE-, señalaba que Aragón es la región española con más tramos de carretera peligrosos. El tramo con más riesgo de sufrir un accidente en toda España es el que discurre entre Puente La Reina de Jaca y el límite provincial de Zaragoza, en la Nacional 240. Dos tramos oscenses también muy peligrosos son los de Benabarre al límite de Lérida y los kilómetros entre Jaca y Villanúa. Teruel tiene el triste honor de ser la tercera provincia en peligrosidad, destacando los kilómetros que unen Teruel y Alfambra y el tramo entre Híjar y el límite de Zaragoza. El ministro de Transportes se comprometió a la licitación este año de dos de los cinco proyectos pendientes de la A-68, los que comunicarán El Regallo, Alcañiz y Valdealgorfa. En 2023 se podrá circular por el tramo de autovía que unirá El Burgo y Fuentes, que dará continuidad, 19 años después, a los once kilómetros que transcurren desde el cuarto cinturón de Zaragoza. A este ritmo de ejecución, es difícil que una buena parte de los usuarios aragoneses de esta infraestructura la vean terminada.

Carlos Sauras