El impacto económico de la crisis covid-19 tanto en España como en Aragón va a suponer una importante caída del PIB. Se trata de cifras a todas luces desconocidas en tiempos de paz y que, para los sectores más golpeados, la caída en la facturación va a ser aún más pronunciada. Y es que justamente las necesarias medidas de distanciamiento social adoptadas por las Administraciones han configurado, además, una tormenta perfecta para todas las actividades económicas basadas en la reunión y en la movilidad social, al tiempo que el parón económico ha perjudicado gravemente el consumo, sobre el que se basa cualquier economía moderna.

Por ello, la reactivación del consumo, especialmente durante la presente campaña de Navidad, debe ser una cuestión de primer orden para las Administraciones. De un lado, porque en función del comportamiento que presente el consumo la caída prevista en el PIB puede atemperarse o empeorar. De otro lado, porque la campaña de Navidad supone un fuerte estímulo del empleo, y la atonía del consumo ya está precipitando un menor nivel de contrataciones respecto de las que se materializaron el año pasado. Y, por último, pero no menor en importancia, porque un buen programa de estímulo del consumo por parte de las Administraciones puede suponer un retorno positivo de los fondos comprometidos, es decir, si se diseña bien, el estímulo del consumo puede ser una inversión pública rentable.

Al efecto, recientemente contamos ya con la experiencia de dos programas que están resultando muy positivos para el estímulo del consumo: el Plan Renove y la campaña de Bonos de consumo que unos cuantos Ayuntamientos han puesto en marcha. El primero de ellos es una iniciativa recurrente del Gobierno de Aragón para la adquisición de electrodomésticos, calderas y equipos productores de calor y frío (la mera instalación de los mismos ya implica, directamente, empleo). Los cálculos presentados sobre el impacto económico neto de todas las ediciones han sido muy favorables, tanto en términos de empleo como de recaudación.

El segundo de ellos, los Bonos de Consumo, son campañas de varios ayuntamientos de Teruel que, en pocos días y, como prueba de su éxito, están agotando la dotación presupuestaria. Esta iniciativa, que está gestionada por la Cámara de Comercio a través de las plataformas Web al efecto, permite al consumidor adquirir productos en los establecimientos comerciales de su respectivo municipio y realizar consumos en hostelería y servicios, con un descuento del 20% que asumen los Ayuntamientos. Los consumidores disfrutan de un descuento y los empresarios de comercio, servicios y hostelería ven incentivado su negocio. El buen impacto económico conduce a pensar que estas iniciativas pueden ser puestas en marcha en cualquier momento del año.

Tal y como se ha puesto de relieve, un diseño atractivo y sencillo favorece el consumo y, en última instancia, el empleo. Además, este tipo de iniciativas también contribuyen al consumo de productos locales.

La campaña de Navidad es siempre, además de ilusión, un revulsivo económico, singularmente para el empleo. Necesitamos que la campaña de este aciago 2020 lo sea en mayor medida. El buen hacer de las Administraciones está sin duda contribuyendo a que la Navidad sea mejor para un mayor número de hogares.

Santiago Ligros – Secretario Gral. Cámara de Comercio de Teruel