La comarca del Matarranya, al unísono de la mayoría de las zonas rurales, se encuentra ante una realidad de abandono y diáspora, que ha encontrado en el diagnóstico de la España Vaciada una definición acertada y llena de significados.

No obstante, como comunidad viva y dinámica, el Matarranya y su gente han sido capaces de afrontar esta situación no como un pesar, sino como un reto y una oportunidad de demostrar que otro modo de vivir es posible, potenciando la economía circular y el respeto por los paisajes y los entornos naturales, y preservando las tradiciones de una cultura y una lengua como muestra de carácter e identidad.

Ante este formidable reto es imprescindible una rotunda implicación por parte de las administraciones, pero sobre todo de las personas que nos sentimos arraigadas a un territorio al cual, de un modo u otro, creemos que pertenecemos.
Y fruto de esa interrelación forjada entre territorio y habitantes, surge el sentimiento de pertenencia y de arraigo, la semilla que acaba germinando en aquello tan necesario que es la sociedad civil.

Más allá de las instituciones, y especialmente en las áreas rurales, es muy importante que la comunidad se vea interpelada a participar en la vida pública, y a mostrar y demostrar que la sociedad civil es el eje transcendental y el reflejo de una comunidad rica y emprendedora, capaz de afrontar con éxito las vicisitudes de ese olvido perpetuo al cual parecen estar condenados los pueblos rurales.

En ese contexto surge la Asociación Gent del Matarranya, como un sujeto activo con vocación de encarnar y aglutinar la sociedad civil de la comarca, y hacerla partícipe de la vida pública. El embrión de una asociación de vecinos supramunicipal, con perspectiva de comarca, que también pretende constituirse como una herramienta útil al servicio de la colectividad, favoreciendo el entendimiento y la aproximación de todos los posicionamientos y sectores implicados.

En este sentido, un factor clave para alcanzar ese beneficio común para la comarca y su gente, debe ser la exigencia de convertir Gent del Matarranya en punto de encuentro de todas las sensibilidades del territorio, siendo capaces de dejar aparcadas las eventuales diferencias políticas o ideológicas, y apuntando todos hacia una misma dirección, que repercuta en el beneficio de todos.

Así, dejando atrás los meros localismos y las diferencias políticas, Gent del Matarranya nace de la esencia de implantar y difundir el sentimiento de pertenencia al Matarranya como la tierra común de todos sus vecinos, y de hacerlo de un modo transversal en el que quepan todas las sensibilidades e intereses.

Para lograr este propósito, nuestra entidad se configura como el tejido que debe facilitar la interrelación entre las personas que residen en los diferentes pueblos de la comarca, con el objeto de que puedan involucrarse en la esfera pública mediante la participación ciudadana; y que encuentren un lugar en el que expresar sus intereses y opiniones. Siempre en base a unos valores que deben ser nuestra seña de identidad: la igualdad, la solidaridad, el respeto, el civismo y la tolerancia.

Otra perspectiva de GdM como asociación de vecinos, y en un ámbito más pragmático, compete a la defensa de los intereses comunes de los vecinos de la comarca, asumiendo su representación en las actuaciones y procedimientos, y en su caso colaborando con los diferentes ayuntamientos y el Consejo Comarcal.

En definitiva, Gent del Matarranya no tiene más motivación que promover y aumentar la calidad de vida y el bienestar de los vecinos, para vivir en una comarca rural viva y próspera, que cuida de su cultura, sus paisajes, su economía y su entorno natural.

Juanjo Pérez -Asociación Gent del Matarranya