Estamos viviendo unos días que marcarán la historia y también nuestro porvenir. Los hechos que hoy conocemos en primera persona aparecerán en los libros de historia, a pesar de que al principio casi nadie atisbaba la tempestad que sufrimos y únicamente lo catalogaban como una ligera brisa. Pero la realidad en muchas ocasiones supera la ficción.

Parecía imposible que aquello que conocimos hace meses en los medios de comunicación y que sucedía en China acabara llegando a nuestro país. Es evidente que se ha actuado mal en muchos momentos y que habrá que hacer un análisis pormenorizado y detallado de todo lo que ha ocurrido en este tiempo. También de la falta de estrategia o de las decisiones adoptadas para poner remedio a esta solución, incluso de los tiempos para ejecutarlas.

En cada uno de los países se ha producido una situación específica fruto de su propia realidad y también de la actitud mostrada por sus dirigentes. Aquí encontramos maneras elogiables y también otras claramente censurables porque entre los dirigentes nacionales, regionales y locales hay ejemplos de muy diversos tipos. Pero a todos ellos hay que exigirles coordinación, planificación, determinación y transparencia.

Me quiero detener en esta última reivindicación. Cuando más complicada es la realidad que vive la ciudadanía, cuando más duros son los sacrificios que reclamas a las personas y cuando peores son las cifras de afectados, mayor debe ser la transparencia que deben tener nuestros gobernantes a la hora de informar a la opinión pública. No puede haber excepciones y no debe dejarse sin respuesta ninguna pregunta, que suelen formularse mediante la trascendental labor que desarrollan los medios de comunicación.

Ahí no caben medias tintas ni soluciones intermedias: el Gobierno debe ser transparente y debe garantizar el derecho a la información y la libertad de prensa. No pensar en cómo transmitir sus mensajes electoralistas en horario de máxima audiencia, sino en dar solución a los interrogantes que muy legítimamente tiene la sociedad. Sin censuras, sin mentiras y siempre dando la cara. La situación exige eso. Lo primero son las vidas.

José Miguel Celma – PP Torrecilla de Alcañiz