Los amables lectores de La Comarca saben perfectamente que muchas veces me gusta hablar de conceptos, de ideas que luego dan pie a comentar la actualidad que tanto preocupa y ocupa. Hoy es uno de esos días. Dedicamos estas palabras que os dirijo a un concepto amplio en capacidad y nulo en cantidad y calidad: la nada.

Esto es muy similar a lo que ha sucedido en la última legislatura en el Gobierno de Aragón con lo que respecta a nuestro querido Bajo Aragón. Si retrocediéramos cuatro años veríamos nítidamente lo mismo: muchos propósitos, numerosas promesas, fechas que no se cumplen y mentiras para justificar algunas decisiones de las que todavía sufrimos sus consecuencias. Es decir, la nada.

Para muestra un botón, o varios. Un hospital ralentizado hasta la máxima expresión, cuyo retraso en la construcción y la pérdida de calidades asistenciales son sus notas más predominantes, o una cuenca minera devastada por un Gobierno que puso en bandeja la posibilidad de cierre a Endesa. Hoy todavía es uno de los motores económicos de la provincia, mañana no sabemos aún con qué vamos a poder mitigar el duro golpe que supone su cierre.

Y hablando de motores, todavía con el duelo de la subida del diésel a todos los ciudadanos, los feos constantes hechos a Motorland todavía resuenan en el Bajo Aragón. Nula inversión y cero atención por parte del presidente del Gobierno de Aragón, cuyas visitas a uno de los proyectos de mayor relevancia nacional e internacional, capaz de exportar el nombre de nuestra tierra por todo el mundo, han sido más bien escasas.

Pero muchos son los sectores que podría seguir repasando como mejor muestra de la nada más absoluta. No hay médicos suficientes en los consultorios rurales, faltan especialistas en nuestros hospitales, no se han producido las inversiones necesarias en carreteras, el sector primario sigue sin contar con el verdadero impulso del Gobierno de Aragón… En definitiva un montón de despropósitos agudizados por la nada en cuanto a decisiones contra la despoblación y en la búsqueda de oportunidades a nuestros jóvenes del medio rural.

El Bajo Aragón demanda con urgencia pasar de la nada al todo. Y para ello es fundamental que se produzca un cambio en las próximas elecciones.