Hace unos días veía en la televisión unas declaraciones de dos dirigentes del PP de la provincia de Teruel en rueda de prensa criticando duramente contra el gobierno de Pedro Sánchez diciendo que el PSOE lo estaba haciendo fatal, que no lo harían nunca como lo habían hecho ellos… y curiosamente, dos días después replicaban otros dos dirigentes de la provincia de Teruel, en este caso del PSOE diciendo que ellos serían mejores, que lo estaban haciendo mejor, que arreglarían el tema del carbón en las cuencas mineras, que harían la A-68…

Acabé de oírlos a todos y me quedé con un desazón…buff…qué agotamiento. En ese debate del Y TÚ MÁS no me estaba creyendo ni lo que decía el uno ni lo que decía el otro. Supongo que la gente que lo estaba viendo como yo tuvo la misma sensación, o a lo mejor ni los oyeron y directamente desconectaron porque cosas como estas hace que la credibilidad de la política se esté desvaneciendo.

¿Realmente con estas ruedas de prensa estaban pensando en el bien del Bajo Aragón? ¿Realmente estaban pensando en que sus actos llevarían a solucionar los problemas?

Sinceramente creo que no. Con estas dos ruedas de prensa solo estaban pensando en el número de votos que les reportaría para las siguientes elecciones esas declaraciones. No estaban pensando en el grave problema que es que no se desdoble la N-232 o que la reconversión del carbón es urgente. Solo estaban pensando que si desacreditaban al otro conseguirían demostrar que son mejores. Qué error.

Decía Santo Tomás de Aquino que el Bien común supera al Bien individual. Y eso es y debe seguir siendo la esencia de la política. Trabajar por el bien común, no por el interés particular es la frase que tendríamos que llevar grabada a fuego todas las personas mientras estamos dedicándonos a la política.

Y cuando digo interés individual, no solo me refiero a interés personal. También me refiero a interés de partidos. Eso no es el bien común.

Malos momentos está pasando la política cuando unos pocos enturbian el trabajo de otros muchos que sí están trabajando por el bien de sus pueblos, que sí están trabajando por proyectos revitalizantes para sus comarcas, que sí están creando leyes que benefician no sólo a sus votantes sino al mayor número de aragoneses sean del partido que sean.

Algunos políticos han perdido esa esencia y van a llenarse solo sus bolsillos porque la avaricia les puede, que quieren arreglar los problemas, pero solo de los que les votan de nadie más, que su egoísmo les lleva a pisar a quien haga falta para sacar cabeza. Bueno…todos esos que, sin ser muchos, hacen que la imagen que tenemos de la política esté totalmente alejada de la realidad de lo que es y de lo que tendría que seguir siendo.

Qué difícil es convencer a la gente de que cuando uno decide meterse en política lo hace sin ningún interés oculto ni personal, con el único objetivo de trabajar por el interés general, por el bien común. Algunos seguirán sin creérselo, pero allá ellos. Es duro, muy duro, trabajar en política, dejando de lado en muchas ocasiones las obligaciones familiares y personales para dedicarte al compromiso para el que te han elegido. Pero eso es lo que ocurre cuando alguien decide dedicarse a la política por un tiempo. La obligación de cumplir por respeto a los que te han votado y por respeto a la gente que representas por estar en las instituciones.

A pesar de la imagen que se da de la política y de los políticos, sigo siendo optimista porque, como he dicho, antes hay muchas más personas que trabajan por el bien común que personas que están en política con sus egos e intereses personales. Sigue habiendo personas que siguen sacrificando muchas cuestiones personales. Incluso, y eso hay que decirlo, mucha gente que trabaja por que su escuela siga abierta, que buscan médicos para que no se cierre el consultorio… Gente que trabaja para tener una sociedad mejor, simplemente eso. Y tengo que decir que me los he encontrado en todos los bandos, en todos los partidos, de derechas, de izquierdas, de centro… Así que eso no depende de ser de uno u otro partido. Eso es y tiene que seguir siendo la esencia de la política: buscar el interés general frente al particular.

No hace falta que se echen los unos a los otros a los perros. Estoy convencida que tanto unos como otros tienen sus aciertos y sus errores en sus acciones. Cada uno tenemos nuestras ideologías y nuestras maneras de hacer las cosas, pero estoy convencida igualmente de que tenemos más que sumar entre todos que de restar. Y con actuaciones como la que vi el otro día en la televisión, y a la que por cierto nos tienen bastante acostumbrados, se está restando más que sumando en la imagen de la política.

Creo que se puede hacer una política creíble, de confianza, de no tener que echar por tierra lo que el otro hace para que lo tuyo valga, de no usar la demagogia para vender lo que se quiere oír, de no tener que hacer la política del postureo sino una política de trabajar juntos, codo con codo, política que intente sacar adelante los proyectos por los que queremos luchar todos en nuestra tierra.

¿La crítica? ¡Por supuesto, pero siempre constructiva y veraz!

Sigo creyendo en esa política siete años después de que empecé a trabajar al servicio de la sociedad desde la política. Y hay gente que piensa como yo. Así que «mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo» (Eduardo Galeano).