La investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España ayer con una amplia mayoría de 179 votos a favor, respaldados por PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG, CC, desbloquea la legislatura y abre paso a un nuevo gobierno que ya ha pactado serias concesiones a independentistas catalanes y vascos. Más allá de la legitimidad de los votos con los que el líder socialista inicia esta andadura, resulta preocupante el camino a seguir en esta nueva hoja de ruta, nunca antes iniciada, en la que se incluye la amnistía de los procesados por la revuelta independentista catalana instigada por Junts y ERC, la condonación de la deuda autonómica catalana y otros puntos ya no de conflicto, sino de agravio con el resto de autonomías que llevan décadas pidiendo un trato justo y acorde a su realidad. El precio ha sido caro, abriendo paso a una aministía que siempre se negó por parte del PSOE.
Avanzó ayer Sánchez que el debate territorial estará muy presente esta legislatura, y cabe preguntarse a qué territorios se refiere, quiénes lo van a liderar, y a costa de qué. Establecer como argumento el freno a la ultraderecha y la conciliación de Cataluña resulta a día de hoy insuficiente, y más teniendo en cuenta que hasta ahora solo se han dado a conocer cesiones y no concesiones. Es probable que el verdadero debate territorial existente la pasada legislatura, muchas veces vinculado a la despoblación y los temas que lideró en Madrid Teruel Existe, nunca vuelvan. Ya se detectó en campaña electoral, cuando la realidad de la España rural apenas estuvo presente. Resulta hoy irónico recordar las acusaciones de cantonalismo e irresponsabilidad para una tierra de compromisos pendientes. Muchas voces en Aragón se lamentan de la pérdida de la identidad autonómica, sin representantes de partidos claves como el PAR. El único diputado de CHA integrado en Sumar ha tratado ya de abrir algunos de estos espacios, aunque no le será nada sencillo, al igual que nunca lo fue romper la disciplina de partido para PSOE o PP.
El Estado de Derecho que debe garantizar que todas las personas están sometidas a los mismos derechos y obligaciones, sin embargo, será muy difícil que eso suceda durante los próximos años dadas las exigentes condiciones impuestas por quienes apoyaron ayer la investidura.
Editorial.
Dicen ustedes: «El precio ha sido caro»
¿Que es para ustedes caro o barato? ¿Por que nos regimos para ponerle precio? ¿Por los que salen todas las noches a la calle a pegarle fuego, por los que votaron a la oposicion, por los que votaron al investido, por los que se quedaron en casa y no fueron a votar?
No se por donde transcurriran lo derroteros de todo esto, pero una cosa es clara sin hablar, sin negociar y sin acuerdos, nada es posible, mas en una cosa tan importante como es esta.
Algun periodista ya pidio bombardear Cataluña. Algun militar en la reserva ya pidio fusilar a la mitad de los españoles. Alguno salva patrias ya dijo que, con él en el gobierno, 155 eterno para Cataluña. ¿Todo esto resultaria caro o barato?
Creo que a demasiados les sobra la calculadora, cuando sus semejantes, que no piensan como él, valen poco o nada.
Que hablen y hablen y hablen, hasta que revienten sus cuerdas vocales y que, ni un solo paisano ni un solo policia se enfrenten.