Llevamos ya dos o tres semanas en las que el sonido del tambor se hace presente en las periferias de las localidades de la Ruta del Tambor y Bombo, es indudable que ya está notándose en nuestra moral y en nuestra forma de relacionarnos, debido al efecto analgésico que esta percusión nos transmite, nos lleva a situarnos en tiempos mejores y nos prepara para poder enfocar el futuro con mucho mayor optimismo.
Cuando veíamos ya la enésima recta final de esta pandemia, quizá con menor dureza, pero en mucha mayor cantidad, apareció la variante omicron para recordarnos que el COVID no es ningún juego y provocó una nueva prórroga en las medidas estrictas de control de este mal sueño que comenzó en marzo del año 2020.

Si ya en años precedentes, la primavera y el verano no eran periodos donde la incidencia de los casos tocara techo, esta vez tiene que ser el punto en que recuperemos muchas de nuestras costumbres y tradiciones, y en eso estamos centrados, por lo que la Semana Santa 2022, si nada ni nadie lo echa a perder, puede ser el despegue y estamos con una ilusión tremenda.

La ilusión con que los vecinos de Alcorisa están sacando adelante unas Jornadas Nacionales contra viento y marea, con una fortaleza mental digna de admiración, que seguro va a dar como resultado unos días históricos para todos los qué vibramos con el tambor. También la institución de la Ruta y este año con nuestro anfitrión Alcañiz, ya están con la maquinaria engrasada para las Jornadas de Convivencia y con la firme voluntad de darlo todo para pasar página a estos dos años tan lúgubres.

En general, todo el mundo en marcha, con ensayos, con proyectos y con la hoja de ruta preparada para aspirar a celebrar con la mayor plenitud posible, porque es que nuestras cabezas y nuestros cuerpos necesitan de una vez sentir los latidos del tambor.

Pedro Bello. GANAR La Puebla de Híjar