Ha fallecido Mafalda. Es curioso que así titulan por ahí, cuando el que ha fallecido es su padre y creador Quino (Joaquín Salvador). Mafalda, ya se sabe, es una niña dibujada ¡Cuando he disfrutado con la filosofía popular de Mafalda! A los sabios griegos a veces, muchas, no los entiendo, pero los pensamientos de Mafalda eran cristalinos y generalmente aptos para todos los públicos: «La humanidad es un sándwich entre el cielo y la tierra» y yo pensaba, habrá que poner mayonesa y kétchup para que guste más, o «De tanto ahorrar en educación nos hemos hecho millonarios en ignorancia». Desde las viñetas luchaba como una joven rebelde contra estos y otros millonarios. Su aversión a la sopa era la aversión al mundo de los mayores y en el fondo renegaba de todo lo establecido. El feminismo, la ecología, la democracia y sobre todo la paz eran sus cavilaciones preferidas. Me identificaba con ella. Además, le costaba distinguir los buenos de los malos, justo lo que me pasa a mí muchas veces.

Los niños siempre dicen la verdad y ese era el mérito de las tiras de Quino con Mafalda y sus compis: Miguelito, Guille, Felipe, Susanita y Manolito. De los niños te puedes fiar…pero cuando los niños están crecidos y son setentones ¿dicen también verdades? Mira por donde en un mundo que prima tanto la juventud, las elecciones americanas nos dan unos debates en televisión que están en las antípodas de Mafalda. Los protagonizan tres hombres más que maduros: Donald Jhon, más conocido por su acaudalado apellido, Trump, con 74 Años, Josehp Robinette Biden, más conocido por Joe Biden (Jr.) de 77 años, y dirigiendo el cotarro un famoso periodista Chris Wallace de 72 años. Me alegra que se consideren útiles a gente de mi edad, pero francamente me choca. Dice Mafalda: «lo malo de los viejos es que miran el futuro con la nuca» y, preocupado por el futuro, me extraña que en USA triunfen esas edades porque creo que son necesarios los jóvenes a pesar de que intuyo que los políticos jóvenes saben muy bien lo que no quieren para ellos, pero dudo que sepan lo que queremos los gobernados. Vuelvo a acordarme de Mafalda: «Si una no se apura en cambiar el mundo, es el mundo quien le cambia a ella». Humildemente, hacemos lo que podemos.

Miguel Caballú