El ser humano trata de entender las cosas. Pero las hay que no se pueden entender, o que entenderlas nos puede llevar a la desesperación. Creo que estamos en uno de esos momentos.
Un virus que llega de lejos y de improviso, se propaga con rapidez por todo el mundo y acaba infectando a la gente, matando a muchos y destruyendo la economía de los países, volviéndonos a casi todos pobres, recelosos y vulnerables. Haciéndonos cambiar de planes y proyectos.
¿Quién podía pensar que se podrían dejar de celebrar la Semana Santa o las fiestas de los pueblos? Pero así ha sido.

Y en su afán por encontrar explicación a la tragedia unos la encuentran negando la existencia del virus, achacando todo a algo premeditado para llevarnos a la ruina y al dominio obediente de los ciudadanos por parte del poder; y otros pensando que el virus ha sido fabricado y utilizado con esos fines malignos.

Ambas son formas alucinadas de intentar explicar lo que tiene una fácil explicación filosófica: el hombre y lo humano es un grano de arena en un universo de galaxias. Lo que nos pasa está dentro de la lógica de lo que es la vida, de cómo surgió. Para los no creyentes un accidente, una contingencia maravillosa, pero sin dirección. Para los creyentes una prueba o un castigo, no queda otra que pensar. «Dios deja hacer a la Naturaleza», nos dirán; después de crearla la deja al albur de sus leyes». Lo que lleva a pensar en lo mal echas que están esas leyes y esa Naturaleza.
El problema de la existencia del mal no es nuevo, y pestes y catástrofes las han habido desde que el mundo es mundo; lo que pasa es que antes las veíamos como consecuencia de la falta de higiene, de la falta de progreso de la medicina, o de la falta de previsión y existencia de muchas cosas. Pero ahora, en un mundo tan previsor, con altos conocimientos médicos y tecnológicos, con higiene en casi todos los lugares ¿cómo es posible que haya pasado lo que ha pasado?

Muy sencillo, un virus es un virus, y actúa como tal. Y al cuerpo lo enferma; porque el ser humano es un mecanismo orgánico complejo. muy vulnerable. ¿Que le ocurre a un recién nacido sin la ayuda de su entorno? Las ultra feministas deberían tener en cuenta todo esto antes de ver en la división primitiva del trabajo que llevó a una distribución de roles entre el hombre y la mujer una conjura heteropatriarcal. El ser humano ha tenido en cada momento que inventar la forma de sobrevivir. Tenemos que ser humildes: el virus existe y no hay ninguna conspiración. Lo bueno de esta época es que sabemos como actúa y lo que hay que hacer para alejarnos de él. Hagámoslo. Si se hunde la economía no quedará mas remedio que buscar formas de repartir lo que quede tras la pandemia. Tendremos que ser solidarios.

Alejo Lorén