Aunque pesado y recurrente, es ineludible hablar de la pandemia y su gestión. En lo cotidiano, cercano y en lo general. No deja de sorprender la liviandad de los controles en Alcañiz, la ausencia de los mismos es llamativa, especialmente si se compara por ejemplo con lo que ocurrió en Andorra hace unos meses. Entiendo las diferencias y que evidentemente faltaran medios, instrucciones y responsabilidad ciudadana, pero mientras Andorra fue infranqueable la mayor parte del tiempo, en Alcañiz se han invertido los hechos. Y seguro que no es por voluntad de los que ejecutan las órdenes.

También ha sido una semana donde aparte de los casos, se han disparado las alarmas por otras cuestiones y la responsabilidad principal siempre es de las autoridades, que están gestionando de manera infame la información, con mentiras incluidas. Mientras nuestro único hospital comarcal atraviesa ya un momento crítico.

Son tantas cosas a comentar… que nuestro paisano Fernando Simón siga ejerciendo funciones públicas después de tantas mentiras e imprecisiones es una aberración y me da igual que hubiera nacido a los pies del retablo de San Macario como andorrano que soy. Hace mucho tiempo que por él o por sus jefes, ha tenido demasiados fallos como para continuar.

La campaña política y de marketing para ayudar a Illa es inmoral e indigna en esta situación, que se plantee el hecho de que se pueda ir a otras localidades para asistir a un mitin y que aquí no pase nada, solo nos indica el grado de dejadez que tenemos los ciudadanos con todo lo que está pasando.

Que se esté vacunando gente saltándose los protocolos y lo justifiquen tranquilamente también es indicador de esa podredumbre alcanzada. Encima con toda su cara consiguen que el debate se vuelva sobre si hay que vacunar a los altos cargos o no, no que todos esos que se han saltado a la torera los protocolos establecidos paguen severamente por lo que han hecho. Políticos, obispos o militares da igual, más todos los que no sabemos, es enfermizo.

Ahora no está garantizado el suministro de vacunas, la UE se ha vuelto a lucir, mucha burocracia y muchos protocolos y países que hasta hace nada considerábamos del tercer mundo han conseguido que el virus se propague mucho menos e incluso podrán tener en breves su propia vacuna.

Y yo me pregunto ¿por qué no compran la vacuna rusa (u otra) cómo ha hecho Hungría que también es de la UE? A mí, si me están apuntando con una pistola en la cabeza, aunque el mismo demonio me proporcione una herramienta para defenderme yo la cojo. Menos cuando ya se van desvanecido excusas científicas una vez contrastada la efectividad de dicha vacuna.

Que sí, que todos sabemos que esto es una pesada pesadilla, que sí que todos somos muy listos y sabemos lo que hay que hacer, que sí que estamos muy cabreados y quejándonos no vamos a arreglar nada. Pero por encima de los deseos que todos tenemos, está la conciencia, al menos para mí, y si la situación da nauseas, que nadie espere que escupamos flores.

Víctor Puch